El alemán Arndt M., acusado de atacar el 7 de junio de 2009 con una ballesta a la actriz Sara Casasnovas a la salida del Teatro Reina Victoria de Madrid, manifestó, entre sollozos, que no era cierto que la agarrara por el cuello con la intención de agredirla, pues en realidad la ama y no quería hacerla daño.
"Yo te amo. Nunca te haría daño, nunca", le manifestó a Casasnovas al tiempo que ésta abandonaba aturdida y visiblemente nerviosa la sala en la que se celebró el juicio contra su agresor por un delito de intento de homicidio y dos delitos de tenencia ilícita de armas.
Al concluir la fase testifical y pericial, la fiscal solicitó que se le condene a 12 años de prisión y que se le imponga una orden de alejamiento de 9 años al considerar acreditado que el procesado intentó asesinar a la joven. El abogado defensor asumió la autoría de su cliente, pero reclamó que se le interne en un centro psiquiátrico por el trastorno de personalidad mixto que sufre con ideas obsesivas.
En su declaración, el procesado relató cómo sintió "un flechazo" al ver a Sara por primera vez interpretar una serie que emitían en Televisión Española Internacional. Reconoció que desde entonces no podía olvidarla y decidió venir a España a conocerla en persona.
"Sentí un flechazo al ver a Sara por primera vez"
"Me fascinaba. Quería conocer cómo era", aseguró el alemán, quien relató que unos meses antes del incidente acudió a verla a Getafe a una representación, llegando a entrar en su camerino para entregarle unas cartas de amor por la admiración que sentía.
DOS BALLESTAS PARA VOLARSE LOS "SESOS"
Un día antes a los hechos, Arndt M. esperó a la actriz a la salida del Teatro Reina Victoria y la obsequió con un mechero con la inscripción del nombre de los dos y con una carta de amor. Según el procesado, ésta le dirigió una sonrisa y le dio a entender que al día siguiente podría ir a recogerla. "Tenía esperanzas", comentó.
Y así lo hizo. Pero Sara le comentó a su salida que estaba enamorado de un personaje y que ella era real, rechazando que le acompañara. "Me quedé sin palabras. No podía ni hablar y tenía que hacer algo para que ella no se fuera", narró e indicó que sintió celos del chico que le acompañaba porque le chocó al siempre pensar que "tendría un futuro con ella".
Según su versión, sacó la ballesta de una bolsa militar que portaba con la intención de conseguir alguna reacción de la chica y sin intención de atacarla, puesto que el arma llevaba el seguro puesto.
"No tenía intención de agredirla"
"Yo no disparé la ballesta ni quería ni tenía intenciones de agredirla. Estaba nervioso. Lo hice mal, pero no quería hacerla daño", insistió con voz temblorosa. "Estaba dispuesto a suicidarme ante ella. De eso soy culpable", aseguró el procesado, quien sufre un trastorno de personalidad mixto.
A preguntas sobre por qué llevaba una bolsa con dos ballestas, dos sogas y una defensa eléctrica, el procesado reconoció que siempre llevaba la bolsa para suicidarse cuando estuviera preparado. De hecho, contó que las dos ballestas eran para con una "volarse los sesos" y con la otra, atravesarse el corazón.