Gas de la risa
Alerta por el aumento de consumo del gas de la risa en Europa: estos son sus riesgos
El gas de la risa es utilizado habitualmente en la elaboración de productos industriales y en medicina como aditivo alimentario o anestésico. En los últimos años, su consumo ha aumentado.
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El óxido nitroso, conocido como el gas de la risa, se ha convertido en la droga de moda en Europa. Así lo ha alertado el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA) en un estudio.
El gas de la risa es utilizado habitualmente en la elaboración de productos industriales y en medicina como aditivo alimentario o anestésico. Sin embargo, también tiene efectos "psicoactivos" que producen sensación de euforia, relajación y disociación.
A pesar de que su consumo con fines recreativos se remonta al siglo XIX, ha aumentado en los últimos años. Según el estudio, en algunos países europeos su expansión es preocupante.
La droga es barata, fácil de conseguir, tiene efectos de corta duración y los consumidores perciben que "es relativamente segura", según el Observatorio. Sin embargo, el director, Alexis Goosdell, advierte que "observamos que un consumo más frecuente o más intenso de gas aumenta el riesgo de daños graves, como daños en el sistema nervioso".
Esta se vende en cartuchos de 8 gramos, que permiten inhalar el gas. Se pueden conseguir en tiendas de alimentación, aunque hay también cilindros de 15 kilos.
Las redes sociales forman un papel importante en cuanto a la publicidad y a la venta de esta droga. "Se ha desarrollado una cadena de suministro rentable y en expansión, en la que tiendas especializadas en internet promocionan el gas para su uso recreativo y lo ofrecen bajo el pretexto de su uso para fabricar nata batida", denuncian.
¿Qué efectos secundarios conlleva el gas de la risa?
El gas de la risa no es inocuo. Puede provocar intoxicaciones, quemaduras, lesiones pulmonares y daños en el sistema nervioso.
Entre las secuelas, los expertos alertan sobre daños irreversibles por la inactivación de la vitamina B12 en el organismo, esencial para el funcionamiento neuronal saludable. También lesiones pulmonares y accidentes de tráfico por la conducción bajo sus efectos.
El Observatorio recomienda aumentar la monitorización sobre el consumo y las investigaciones sobre su impacto y los posibles tratamientos. El estudio se ha elaborado a partir de casos reales en siete países europeos: Dinamarca, Irlanda, Francia, Lituania, Países Bajos, Portugal y Reino Unido.
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