Suceso
Una anciana de 92 años mata, presuntamente, a su compañera de habitación, de 96 años, en una residencia en Valencia
Todavía no han trascendido los detalles de cómo ocurrieron los hechos, pero se cree que una anciana asfixió a su compañera de cuarto.
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Desconcierto y preocupación en una residencia de la tercera edad en la localidad valenciana de Chiva donde una residente de 92 años, presuntamente ha asfixiado a su compañera de cuarto. Todavía hay pocas certezas de lo ocurrido. Lo único seguro es que cuando a primera hora de la mañana de este miércoles la empleada entró en la habitación para preparar la medicación una interna estaba sin vida.
La trabajadora avisó del suceso y se notificó un fallecimiento en extrañas circunstancias. La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación de este supuesto homicidio y ha subrayado la vulnerabilidad de la víctima, tanto por su avanzada edad como por el momento en el que se produjeron los hechos.
Los agentes por el momento no habrían detenido a nadie y según publica Levante-EMV se está esperando a la práctica de la autopsia para poder aclarar un poco más lo sucedido. Este mismo medio señala que aunque las causas todavía no se conocen la presunta homicida habría asfixiado a su compañera y sería una nonagenaria con problemas de demencia senil. En caso de que esta información se confirme la mujer sería inimputable, pero para ello tendría que confirmar su estado con unos exámenes psiquiátricos.
La residencia de la tercera edad en Chiva donde ha tenido lugar el suceso es pública. Hasta el lugar se ha desplazado la comisión judicial con el forense de guarda por lo que se cree que este estudio se realizará en las próximas horas.
También se tomará declaración a los trabajadores del centro que cuenta con 95 plazas públicas para personas mayores dependientes. Está gestionado por la conselleria de Igualdad y Bienestar Social, y cuenta con un servicio médico y psicológico disponible 40 horas a la semana.
Otro caso
El pasado mes de abril se detuvo a otra anciana, en este caso de 86 años, cuando intentaba introducir droga en una cárcel de Gran Canaria. La arrestada, que no tenía antecedentes penales, acudía a una cita con su hijo. Al verse descubierta, la anciana no opuso resistencia. La detenida manifestó de manera espontánea a los agentes que una tercera persona le había dado la droga y accedió voluntariamente a entregar sus pertenencias, donde ocultaba las sustancias, a los policías.
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