El Asador de Guadalmina de Marbella, que dejó fumar en el local en contra de la Ley Antitabaco, ha cerrado y su puerta de acceso ha quedado precintada, horas después de notificarle la Junta de Andalucía la clausura provisional, desoída inicialmente.
El propietario, José Eugenio Arias-Camisón, ha dado a conocer su decisión a los periodistas pasadas las 21.45 horas, tras lo que los clientes que estaban en el establecimiento han empezado a salir al exterior. Arias ha anunciado que quiere abrir otro tipo de establecimiento, que no ha especificado, donde se pueda fumar. Ha explicado que ha aceptado finalmente cerrar por consejo de sus abogados, que le han indicado que la clausura será durante "una semana como máximo".
En las horas previas al cierre, y pese a que han acudido inspectores y agentes de policía al asador, Arias seguía negándose a pagar la multa de 145.000 euros impuesta por incumplir la Ley Antitabaco. "Nadie me va a a hacer cerrar el local. Va a tener que venir la Guardia Civil con una orden judicial", aseguraba a los medios mientras se fumaba un puro en su local.
Además, seguía lanzando duras críticas contra el Gobierno. "Ésta es una medida de un Gobierno marxista, dictatorial y terrorista", decía Arias. Sus declaraciones ante los medios las concluía de manera contundente: "Yo tengo más cojones".
Dos meses para alegaciones
El establecimiento permanecerá cerrado por incumplir la ley, hasta que abone la multa de 145.000 euros que se la ha impuesto y mientras culmina el expediente de cierre que tiene abierto, para lo que hay un periodo máximo de dos meses en el que el propietario podrá presentar sus alegaciones.
Si una vez concluido este periodo, el 'Asador de Guadalmina' sigue sin cumplir la Ley Antitabaco e insiste en su actitud de permitir fumar en su local, la Consejería de Salud presentará una denuncia contra el dueño en los tribunales y pedirá que se mantenga el cierre cautelar, sobre lo cual deberá ya decidir el juez.
"La ley puede ser opinable, pero no la legalidad ni la ejecución de una norma que obliga a todos los ciudadanos", ha recalcado la consejera, y más aún cuando es un establecimiento público en el que entran otras personas, por lo que ha añadido que "también hay que confiar en la sensatez" de los propietarios de estos locales.
La Junta considera que "la actitud de este hostelero supone un quebranto de la Ley General de Sanidad". La administración autonómica requirió oficialmente al dueño del asador que depusiera su actitud, retirara los carteles incitadores al tabaco que colocó en el local y cumpliera la normativa.