Ángel Juárez, presidente de la Fundació Mare Terra, ha creado una plataforma de ámbito estatal de afectados por el coronavirus en España para defender a todas las personas que han sido víctimas de la COVID-19, después de que su madre muriera sola como tantísimos otros ancianos tras contagiarse en una residencia.
"Mi caso es parecido al de miles y miles de familias que están en las mismas condiciones: llevábamos meses de búsqueda de un geriátrico en el que ingresar a mi madre y nos ofreciera todas las garantías de que iba a estar bien. Tenía 95 años, pero estaba bien, no tenía ninguna enfermedad grave", explica Juárez, quien añade que "debido a la edad el alzhéimer avanzaba rápido en ella, así que queríamos que estuviera las 24 horas asistida. A los 15 días de su ingreso en la residencia Parc del Clot, de Barcelona, una mañana amaneció con un hematoma que no sabía cómo se había hecho, y empezamos a sospechar que no había tanta vigilancia como pensamos en un inicio".
Al cabo de unos pocos días llegó la horrorosa pandemia de coronavirus que ha dejado tantos muertos, "por lo que confinaron a los ancianos de la residencia, incluida mi madre, y ya no dejaron a nadie ir a visitar a sus familiares". El portavoz de la plataforma cuenta que "molestábamos a las cuidadoras con llamadas y mensajes para poder hablar con ella".
"Cuando a una persona mayor le cambias sus espacios, sus referencias, la normalidad, empeoran y enferman más. Su terapia a estas edades es el cariño y no se lo podemos dar en estas circunstancias. Mi madre era nueva allí y lo estaba pasando mal sola", afirma apenado.
"Ya empezaba a haber muchos muertos en las residencias, y un día nos avisan de que mi madre tenía un poco de fiebre. Llamé directamente a la directora del centro para preguntar si le habían hecho el test y descartar que fuera el coronavirus, pero me contestó que no tenían los test. Además, acabó confesándome que uno de los médicos del lugar estaba de baja después de haber dado positivo de la COVID-19", relata Juárez.
"Mi madre persistía con la fiebre, así que insistí en que se la llevaran al hospital", asevera el también presidente de Mare Terra, y añade que "por fin la trasladaron al Hospital del Mar, pero como no había espacio tuvieron que cambiarla al Hospital de la Esperanza. Allí aguanta bien, a pesar de sufrir una embolia pulmonar".
"A los cinco días pegó un cambio y nos llamaron porque la habían llevado a paliativos y estaba con la bomba de morfina y esperando a que se muriera", dice Juárez, quien "no entendía nada". Al menos consiguieron que uno de los hermanos fuera al hospital a despedirse de ella y al poco falleció. Juárez subraya que aún no han podido celebrar el funeral.
Lo que se le viene a la cabeza cuando piensa en estos acontecimientos es "injusticia e impunidad, es indigno lo que se les ha hecho a nuestros mayores en nuestro país. Más de 19.100 ancianos han muerto en residencias, se han ido completamente solos y de forma silenciosa". "¿Por qué no se podía ni tan siquiera entrar una persona a darles la mano? ¿quién ha decidido eso? Es inhumano, no se les ha dado la oportunidad", se pregunta.
"Han fallado todos los sistemas de protección, los sistemas de control para saber si estaban infectados el personal que estaba a su cargo, y se supone que eran lugares seguros porque en ellos se encontraban personas de alto riesgo. Tendrían que haber hecho unos filtros muy potentes para las personas que estaban trabajando con ellas", se queja Juárez.
Subraya que "no se ha puesto ni un test, es una barbaridad lo que ha ocurrido". Sobre su plataforma, explica que “he encontrado gente que estaba igual de enfadad que yo y con ellos hemos sacado adelante la plataforma. También hemos buscado un bufete de abogados de renombre estatal porque sabía que nos íbamos a enfrentar a cosas como el Gobierno y grandes empresas".
En cuanto a cómo era su madre, Juárez desvela que está intentando escribir un libro sobre su vida. Era poeta y tiene una vida riquísima de experiencias de la Guerra Civil, avanza. Se emociona al pensar cuánto la van a extrañar cuando se recupere la normalidad y de verdad se den cuenta de que ya no está. Por eso está luchando, para “defender esa dignidad que se le arrebató a su madre en la forma en la que se marchó y a otra mucha gente”.
La reclamación que ha puesto la plataforma recoge una petición preliminar de 150.000 euros de indemnización para la familia de Juárez. La denuncia se basa en la falta de diligencia en la supervisión de la residencia por parte de la Generalitat y en el tratamiento que recibió a la madre de Ángel.
Espera que sea la "punta de lanza" para devolver la "dignidad" a las personas que murieron en residencias.