Superabuela
Angelina Torres, la nueva superabuela catalana con 111 años, presume de "no ir nunca al médico"
Con 111 años, Angelina Torres se ha convertido en la persona más longeva de Cataluña y la tercera de España, tras el fallecimiento de María Branyas, quien a los 117 años fue reconocida como la más mayor del mundo.
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Angelina Torres Vallbona nació el 18 de marzo de 1913 en Bellvís, en el Pla d'Urgell. Tras la muerte de Maria Branyas, con 117 años, se ha convertido en la persona más longeva de Cataluña con 111 años y casi seis meses. Pese a su avanzada edad, está bastante bien de salud y vive en Barcelona con su hija, su nieta y su bisnieto.
Es la pequeña de siete hermanos y cuando solo tenía tres años, su padre murió y tuvieron que trasladarse de Bellvís a Barcelona para que su madre pudiera sacar adelante a la familia. Ha tenido que atravesar momentos difíciles, sobre todo cuando estalló la Guerra Civil. Su novio en aquel entonces, que luego se convertiría en su marido, tuvo que alistarse en el ejército. Una vez terminó la guerra se casó y tuvo su primera y única hija. Se quedó viuda a los 61 años y también perdió a todos sus hermanos. Ahora disfruta de la vida en la capital catalana con sus dos nietos y sus tres bisnietos y comparte uno de sus sencillos secretos: "Me como un helado cada tarde".
"Nunca he parado, siempre he trabajado mucho. No sé por qué ahora tengo que estar tan quieta", exclama con una fortaleza envidiable. A pesar de su avanzada edad, Angelina presume de buena salud. No tiene problemas de glucosa, colesterol ni hipertensión, y nunca ha sufrido una enfermedad grave. Según ella misma cuenta a diversos medios: "Nunca voy al médico. Gracias a Dios, para mí siempre han estado de vacaciones, los médicos". Tiene la cabeza clara y su hija asegura que no tiene nada y que cada vez que le realizan alguna analítica sale todo fabuloso.
Sin embargo, en los últimos años ha experimentado la pérdida de energía y movilidad. "Noto que voy perdiendo la fuerza. La pierna me duele y no puedo andar. Estoy triste porque no puedo hacer lo que quiero, que es levantarme y ayudar", confiesa la supercentenaria en una entrevista. Pese a sus pequeños problemas de salud, debido a la edad, no perdona el vermut de los fines de semana. "Vamos a tomar un vermut, unas aceitunas, unas patatas y una tónica. Esta es mi ilusión los días de fiesta".
Disfruta de los pequeños detalles y se muestra siempre con una sonrisa. ¡A por muchos años más, superabuela catalana!
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