Un equipo de Antena 3 Noticias ha comprobado en primera persona cómo los profesionales sanitarios vuelven en esta segunda ola de la pandemia de coronavirus a darnos un ejemplo de vocación, sacrificio y entrega porque cada vida cuenta.
Son las ocho de la mañana en el Hospital Povisa de Vigo. El personal sanitario reunido en torno a una mesa repasa uno a uno los pacientes ingresados en la UCI para afectados por coronavirus. Lo primero a lo que les ha llevado la pandemia es a separarse. Han pasado de una unidad de cuidados intensivos única a una específica para enfermos de coronavirus y otra para el resto de pacientes críticos.
Antes de entrar en esta UCI es imprescindible protegerse con un EPI (equipamiento de protección individual). Los sanitarios trabajarán mano a mano con los enfermos más graves y también los más contagiosos. Ataviarse con un EPI no es labor sencilla: 3 batas, 3 pares de guantes, dos o tres mascarillas, calzas, gafas y pantalla protectora. Hay que dedicar aproximadamente 8 minutos para evitar al máximo el contagio y a veces esta operación se realiza en tiempo récord pues un ingreso urgente obliga a no poder perder ni un solo segundo. Dentro de los EPIS se siente un intenso calor. Las gafas se empañan y es incómodo moverse. El personal sanitario trabaja de esta manera sin descanso para salvar vidas. En el caso de las enfermeras pasan todo su turno laboral dentro de la UCI con un único descanso –si es posible- de media hora.
Dentro de la UCI los médicos ven a los pacientes, los exploran, valoran su situación respiratoria, hemodinámica...después informan a las familias.
"Son pacientes muy complejos", dice Sonsoles Leal, coordinadora médica de la UCI-Covid de Povisa "en la primera ola eran muy desconocidos, ahora sabemos mucho más de ellos y, por lo tanto en el plano asistencias es más tranquilo", aunque apunta que son pacientes imposibles de no llevar a casa "están siempre en nuestra mente".
Cuanto mejor esté especializado cada uno de los miembros del equipo, menor riesgo de complicaciones. Y, por supuesto, es muy importante no tener sobrecarga en las unidades de UCI. "Para conseguirlo es necesario bajar la tasa de contagios. Esta enfermedad no sería tan mortal si no nos contagiáramos tantos" señala la doctora Leal.
Comprobamos como en esta UCI se trabaja a destajo, en un ambiente aséptico, cargado de sonidos incisivos pero donde, curiosamente, no falta la música y asombran las dosis de empatía y humanidad.
Los pacientes COVID no tienen visitas. "Se encuentran muy solos respecto a sus amigos, a sus familias” por eso, sobre todo desde la enfermería “intentamos suplir esa pérdida" nos cuenta Pablo Bouza, enfermero y supervisor de esta unidad de cuidados intensivo.
Adrián Martín, fisioterapeuta señala la importancia de la movilización precoz para "intentar disminuir la incidencia de delirio asociado al despertar" y preservar y mantener la funcionalidad muscular. "Lo que queremos hacer es que el paciente se recupere, darle ánimos" e incide en algo que considera esencial: "Somos un equipo multidisciplinar con enfermería, auxiliares, médicos...necesitamos estar juntos. los cuales no podríamos hacer nuestro trabajo. Las piezas tienen que unirse y necesitamos estar todos juntos".
En Galicia un 13% de las camas de las unidades de cuidados intensivos están ocupadas por pacientes coronavirus.