Campaneros en Galicia
Antón, el campanero más joven de Galicia: "La primera vez que tocó no cabía dentro de sí de la emoción"
Empezó a los 8 años en el mundo de las campanas por la curiosidad y desconfianza. Ahora, con doce años, va habitualmente a tocar campanas donde pueda.

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Ahora tiene 12 años y va con asiduidad a tocar a aquellos lugares a los que le avisa la Asociación Cultural de Campaneiros de Galicia, de la que forma parte. Pero el amor del vigués Antón Santomé Blanco por las campanas de las iglesias empezó a los 8 años y no, no fue amor a primera escucha, por así decirlo.
"Tiene hipersensibilidad acústica, entonces al principio le asustaba el ruido, pero por otro lado le atraía", explica su madre, María Blanco. Y es que escuchaba las campanas desde su casa. Así, fueron descubriendo este despertar curioso de su hijo: "Primero lo llevamos a verlas desde lejos, luego descubrió que podía ponerse los cascos para el ruido y acercarse", explica la madre. El pequeño ha tenido varias obsesiones transitorias, pero la que tiene por las campanas es la más duradera hasta el momento.
La primera vez que tocó las campanas fue en Ames
No fue en Vigo, de donde es Antón, donde tocó por primera vez una campana. Fue en el ayuntamiento coruñés de Ames, en la parroquia de Ortoño. Inauguraban una campana que habían restaurado y, entonces, celebraron un concierto de campanas, de modo que podían tocar varias personas. "Ese día no cabía dentro de sí, estaba muy nervioso y no paraba de decir que no se lo podía creer", cuenta la madre entre risas.
Cuando los padres vieron la seriedad de la afición de su hijo, decidieron asociarlo en la Asociación Cultural de Campaneiros de Galicia. El motivo principal fue, además, como cuenta su madre, que "no te dejan tocar así a la ligera". Asociarse es la manera de poder acceder a las parroquias y que permitan tocar al niño. "La Asociación trabaja en la difusión y recuperación del toque tradicional de campanas", incide y valora la madre. Y es que en algunas parroquias no permiten a los niños subirse a los campanarios sin acompañamiento adulto, en muchos casos, por el estado en el que se encuentran algunos. En la Catedral de Santiago tocó una vez, sin embargo, ahora ya no permiten tocar a los niños, explica María.
"La Catedral de Mondoñedo es a la que más cariño le tiene", cuenta María. En ella fue donde realizaron su bautizo como campanero, entrando así en el oficio. Ahora, cada vez que puede, va a tocar a las parroquias de las que le avisa la asociación. La última vez fue este domingo en San Salvador de Teis, en Vigo, por una fiesta.
Así, siempre que el tiempo físico se lo permite, Antón va a tocar las campanas de las parroquias que piden campaneros a la asociación. Su familia siempre lo acompaña y se alegran de la afición del pequeño.
La Asociación Cultural de Campaneiros de Galicia está muy contenta
Desde la Asociación están llenos de alegría por este fichaje tan joven, según cuenta a este medio José Andrés Barreiro Garrido, el presidente de los campaneiros de Galicia. "Vemos que esto no se muere con nosotros, sino que sigue y que se transmite nuestra labor". "Estamos muy contentos por este relevo generacional", sentencia.
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