Avispas velutinas
La llegada de la primavera intensifica el trabajo de los apicultores gallegos, que buscan fórmulas para deshacerse de las reinas de avispa velutina, mediante la colocación de distintos tipos de trampas en árboles frutales y arbustos bajos. Están probando cuatro sistemas distintos de engaño para encontrar el más eficaz contra la expansión de esta especie invasora.
En este mes de marzo, las avispas velutinas reinas despiertan de su hibernación y buscan los lugares idóneos para formar sus nidos primarios que, inicialmente, son del tamaño de una pelota de tenis de mesa. También ponen los huevos, alimentan a esas larvas y le dan calor hasta que salga adelante la primera camada. "Cada reina de avispa asiática que no eliminemos, formará un nuevo nido con unas 2.000 obreras que atacarán nuestras colmenasa partir de junio o julio", alerta Manuel Gutiérrez, delegado de la Asociación Gallega de Apicultura en A Coruña.
Las trampas pueden ser más profesionales, con recipientes específicos elaborados para esta labor, pero también funcionan los más artesanales, formados por una botella a la que se le realizan unas perforaciones que permiten entrar a estos insectos. Se colocan en cualquier tipo de frutales en flor y en arbustos de pequeño tamaño, preferiblemente camelios, a los que la avisa asiática suele acudir con frecuencia. "En esta fase es más importante colocar las trampas en zonas en sus lugares de alimentación que cerca de las propias colmenas", afirma Gutiérrez.
Para atraerlas su atención, se utilizan distintas preparaciones. Entre las más comunes está la formada por refresco de cola y vermut pero, según explica el apicultor Ramón Abades, también "funciona muy bien" la combinación de azúcar, levadura y vinagre de manzana. "El vinagre sirve para disuadir a las abejas de que entren en el engaño, pero no espanta a las velutinas, que sí quedan atrapadas", asegura. Otro factor determinante es el calor. Cuando el sol calienta la preparación, aumenta el número de ejemplares capturados.
La avispa velutina es una especie peligrosa, que ataca sólo cuando se siente amenazada. Desde su llegada a España, en 2014, al menos 11 personas han muerto por sus picaduras y otros dos casos fueron sospechosos. En los últimos tres años, 9 personas perdieron la vida atacadas por velutinas, mientras realizaban tareas agrícolas. La mayoría en Galicia.