Una árbitra de 13 años es acosada en el campo: “Hicieron un juego psicológico con ella muy cruel”

Raquel tiene 13 años y es árbitra de fútbol. Este fin de semana (el sábado) vivió, esperemos, el peor momento que tendrá en este ámbito, mientras arbitraba un partido de fútbol de prebenjamines entre los equipos Silva y Victoria en los campos de la Torre de A Coruña. “Los problemas empezaron a los cinco minutos de comenzar el partido”, explica su madre, Esther Rey, “el delegado del Victoria entró al campo increpándole a mi hija que qué estaba pitando”.

Ahí, explica la madre, Raquel cometió un error: “Debería de haberle sacado roja”. Pero la niña no reaccionó y se dio la vuelta. A partir de ese momento, relata, “comenzaron ambos banquillos un juego psicológico cruel con ella”. “El entrenador del Silva le gritaba sistemáticamente lo contrario de lo que ella pitaba”, sigue.

La situación es, cuanto menos, grave: “Son adultos increpando a una niña de 13 años, a lo que se suma la grada, unos por exceso y otros por defecto, porque unos también gritaban, pero otros no la defendían”. De hecho, Esther explica que fueron muchos los padres que estuvieron ese día en la grada y que se pusieron luego en contacto con la familia para pedirles disculpas por no haber reaccionado y defendido a la niña.

La madre le ofreció a la niña marcharse mientras transcurría el partido, a lo que ella le contestaba que se iría cuando terminase con su obligación. Cuando terminó el partido, Raquel entró con su madre al vestuario, donde lloró largo y tendido hasta que se tranquilizó. “Al salir por el túnel de vestuario nos encontramos con los equipos y Raquel se dio la vuelta para volver al vestuario porque tenía miedo”, relata su madre.

De hecho, la niña no pudo reflejar todo lo que ocurrió en el campo en su acta de final del partido por el nerviosismo que tenía. Así, pudo hacer otra a parte para completarla y en la que figuran todas las increpancias que recibió.

La familia espera medidas ejemplares

Los padres decidieron tomar cartas en el asunto inmediatamente después de lo ocurrido. Subieron una publicación a redes sociales exponiendo la pesadilla que había vivido Raquel y se pusieron en contacto con los presidentes de ambos clubes, a través de un correo electrónico que les envió el padre de Raquel exigiéndoles medidas. Ambos equipos les trasladaron su preocupación y arrepentimiento por lo sucedido.

Por su parte, la Federación Galega de Fútbol y el Colegio de Árbitros de Galicia se han puesto en contacto con la familia. De momento, la medida que han tomado es que Raquel no vuelva a arbitrar a estos dos equipos en ningún encuentro, lo que a ella le da pena porque dice que los niños de los equipos son muy buenos.

La madre espera que esto no quede en una reprimenda ni en una simple multa: “Espero que las medidas que se impongan sean ejemplares, quitándoles, por ejemplo, la licencia”. Y es que, indica, el asunto es muy grave: “No puedes comportarte así delante de los niños, ellos no solo aprenden lo que es un córner, sino más cosas”. “A los clubes se les llena la boca hablando de valores y tienen a unos adultos aterrorizando a una niña de 13 años en un partido de prebenjamines”, sigue.

Por lo pronto, Raquel ahora sí sabe que existe un protocolo de violencia verbal y que puede sacar tarjeta roja por esto a todos y dejar el partido cancelado. Ahora tiene claras estas herramientas, que la familia espera que no tenga que usar, mientras también aguardan a que se tomen medidas y se acepten responsabilidades en lo ocurrido este fin de semana.

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