DANA Valencia
Un arquitecto, tras el derrumbe en un edificio afectado por la DANA: “Las inspecciones de los edificios son tan necesarias como la de los coches”
Los arquitectos insisten en que cualquier modificación ya sea por obras, humedad u otro motivo puede afectar a la vida útil de un edificio.
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El derrumbe de unas escaleras en un garaje de uno de los edificios afectados por la DANA de Valencia tiene en jaque a los vecinos damnificados por este desastre natural pero también ha puesto en alerta a expertos en construcción y a cualquiera que viva en un edificio. Según las primeras investigaciones este derrumbe podría haber ocurrido por un problema en la construcción de la escalera. Se da la circunstancia de que ese edificio había pasado por una inspección tiempo atrás sin que se hubiera detectado daños.
Hemos querido preguntar a un experto sobre este tipo de inspecciones a los edificios. Pedro Isidoro Hernández forma parte del Colegio Oficial de Arquitectos de Tenerife y nos cuenta que hace unos años estas revisiones eran obligatorias y que, aunque hoy ya no lo son, desde su punto de vista son “altamente recomendables”. “Para poder entender su importancia solo hay que compararlo con las revisiones que les hacemos regularmente a los coches. Los edificios tienen una vida útil en unas condiciones normales. Si esas condiciones cambian, también lo hará el tiempo de vida del mismo”, apunta.
Pregunta: Desde su punto de vista es muy difícil que en una inspección técnica se pase por alto un problema grave de un edificio. ¿En qué consisten las revisiones técnicas de los edificios?
Respuesta: Básicamente consisten en una revisión general del edificio en el mismo orden en el que se realiza su construcción, es decir comenzamos por la cimentación, pasamos por la estructura y acabamos con los cerramientos, instalaciones de fontanería, de electricidad, fachadas, puertas y ventanas. Si se detectan grietas que se han abierto o fisuras se requieren estudios en mayor profundidad.
Pregunta: ¿Cómo afecta el lodo y el barro?
Respuesta: Los edificios están pensados para un determinado uso, incluso si convertimos una casa en una biblioteca, cambian las condiciones de ese edificio y cualquier cambio afecta. En condiciones extremas como las que se han vivido en Valencia, las estructuras se han visto muy afectadas. El lodo y el barro afecta a la estructura, a las humedades, por no hablar de los roedores, la suciedad, las condiciones de salubridad y en algo tan evidente como los accesos, la evacuación ante un incendio por ejemplo.
También se ven dañadas instalaciones como fontanería, electricidad, saneamiento o toma de tierra que causan problemas que deben ser solucionados para mantener la vida útil de estas edificaciones.
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