La casa real de Bélgica ha asegurado en las últimas horas que el Principe Joaquín asumirá todas las consecuencias derivadas de su viaje a Córdoba, donde ha dado positivo en coronavirus.
Esa declaración avanza algo muy importante: asume que puede haber cometido delitos, no solo en España. También en Bélgica. Joaquín pasa el confinamiento con sus padres en un palacete cerca de Bruselas. Su madre, Astrid, es hermana del Rey Felipe de Bélgica. Es el décimo en la línea de sucesión al trono, aunque no tiene papel en la Corona.
El domingo 24 coge un vuelo a Madrid y después el AVE a Córdoba. El martes se produce esa fiesta, y al día siguiente se encuentra mal. El jueves se hace la prueba y el viernes recibe el positivo.
¿Vino contagiado, se contagió aquí?, lo que sabemos es que es el primero que avisa de que tiene síntomas. La junta de Andalucía pasa el informe y la delegación del gobierno lo pone en manos de la policía.
Sobre si se saltó la prohibición belga de salir del país, la Casa Real dijo que venía a hacer unas prácticas. Eso no le exime de hacer la cuarentena a la que obliga el estado de alarma a cualquiera que llegue del extranjero. Se investiga además si se salta el confinamiento al reunirse con más de 15 personas en la fase 2 de desescalada.
Según la Junta, había 27, todas ya en aislamiento. Ahora, se rastrea a quien viajó con él en esos medios de transporte y a quien haya tenido contacto con esos posibles contagiados antes y después de la fiesta.