Durante el estado de alarma, muchas de las personas que necesitaban atención médica por cualquier motivo distinto al coronavirus, no acudían a los centros de salud. Esto ocurría o por miedo al contagio o porque eran conscientes de que debían evitar contribuir al colapso sanitario. Ahora, ante el aumento de casos creciente, la situación vuelve a ser complicada.
Ante los rebrotes de coronavirus han surgido iniciativas solidarias y gratuitas basadas en la telemedicina. Entre ellas, por ejemplo, las consultas médicas a través de videollamadas, por teléfono o por chat.
870 médicos jubilados están trabajando de forma altruista desde sus casas y ya han atendido casi 30.000 consultas. De todas ellas, el 60% son casos que no están relacionados con el coronavirus. Así se reducen las visitas a los centros de salud y se minimiza el riesgo de colapso sanitario.
"Me ofrecí para reforzar los teléfonos de urgencias que en ese momento estaban desbordados por el aluvión de llamadas”, dice José María, que es uno de estos médicos jubilados.
“Da una seguridad a los médicos que estamos en situación de riesgo y evitamos el contacto directo con el paciente. La telemedicina, a la que muchos recurrían antes de la pandemia, se ha visto reforzada durante ella”, agrega.
Hemos avanzado en estos meses lo que hubiera requerido de años. Porque, aunque fuera necesario, muchos optaban por no acudir a los centros sanitarios”, continua.
“Por miedo a contagiarse en los centros porque mucha gente que entró sin coronavirus salió con él o no salió. Y los médicos alertaban del riesgo de colapso”, concluye.
