La gravedad del incendio que desde el 4 de agosto ha afectado a los municipios de Valle Gran Rey, Vallehermoso, Alajeró y San Sebastián, al que se suman los más de veinte fuegos y conatos que se han registrado en lo que va de verano, ha hecho que el Cabildo decidiese suspender las tradicionales Jornadas Colombinas por primera vez desde su instauración hace 53 años.
Además de arrasar viviendas, cultivos y calcinar ganado y cuartos de aperos en las cumbres, el fuego se adentró en el emblema de la isla y principal motivo de su consideración como Reserva de la Biosfera: el Parque Nacional de Garajonay, la mayor reserva de laurisilva, de especies vegetales del Terciario, en Canarias.
Las llamas arrasaron más de 750 hectáreas de este Parque Nacional provocando una amenaza cierta sobre más de una veintena de árboles y aves de la zona de laurisilva que, como alertaron organizaciones ecologistas como SEO/Birdlife, ha puesto en peligro especies endémicas de paloma rabiche y turqué.
También habitan "en la mejor laurisilva de Canarias" pequeños pájaros de la Macaronesia como la curruca, el mosquitero común y el reyezuelo, y aves rapaces como el gavilán, la aguililla, el búho chico y el ratonero. Además, los biólogos temen por el daño que ha causado el fuego en el palmeral gomero, símbolo de la isla, además de la laurisilva y el monteverde, en el que viven también hongos, líquenes, musgo e insectos cuya recuperación puede ser improbable en un ecosistema tan frágil.
El fuego dejó asimismo una imagen desoladora: el majestuoso Roque de Agando se erige ahora como una roca descarnada, calcinada, desprovista del verdor con el que exhibía su silueta sobre el horizonte. Y tampoco tuvieron las llamas contemplación en Valle Gran Rey, con consecuencias devastadoras y tal rapidez en su propagación, después de que el fuego se reactivase el 10 de agosto por el viento y el calor, que más de 3.000 personas tuvieron que ser desalojadas en la noche del domingo y trasladadas por mar hasta la capital de la isla.
Lo cierto es que La Gomera ha asistido este mes al mayor operativo aéreo movilizado en Canarias en la lucha contra los incendios, con siete helicópteros y siete hidroaviones, dos de ellos de Marruecos. Pero mientras la rapidez con la que se despliegan los medios y la búsqueda de presuntos culpables es motivo de controversia entre los gobiernos central y canario, los gomeros vislumbran el fin de las llamas con la incertidumbre de los daños económicos y las cancelaciones en el sector turístico, en una isla cuya belleza escarpada aprecian especialmente los amantes de la naturaleza.