Tras más de diez meses sin Ruth ni José y numerosos rastreos y pruebas, dos informes realizados por expertos independientes en los últimos días concluyen en sus resultados que los restos óseos de la hoguera de la finca de 'Las Quemadillas', en Córdoba capital, que en un primer momento fueron probados como de pequeños animales, en realidad, según las dos últimas pruebas, corresponderían a niños.
Durante la celebración del jucio, a la pregunta de si tenía encender fuergo cuando desaparecieron sus hijos, José Bretón contestó que había tirado varias cosas de Ruth y que no lo tenía planeado.
Cuando le piden que explique por qué había en la hoguera restos de roedores y mamíferos, Bretón responde que en ocasiones han tirado a la finca restos de borregos. Además, el padre de Ruth y José explica que sí quemó animales como perros y gatos en otras ocasiones, pero ese día no.
El primer informe sobre los restos encontrados en la finca de 'Las Quemadillas' concluyó que pertenecían a pequeños animales, lo que eliminó la pista que ha tenido la clave.
José Bretón, fiel a su estrategia de mantenerse frío y calculador, se ha limitado a explicar a su abogado que es "falso e imposible" que sean los restos de sus hijos.
Ante estos últimos acontecimientos, el juez del caso, José Luis Rodríguez Lainz, ha solicitado dos nuevas pruebas de carácter morfológico para comprobar "si efectivamente son restos humanos" los que contenía la hoguera de la finca, al tiempo que ha vuelto a decretar el secreto de sumario en la investigación.
Con este objetivo, este martes Bretón está citado de nuevo en 'Las Quemadillas' para presenciar las pruebas, en las que se comprobará "si una de las mesas metálicas que estaba al lado de la hoguera ha tenido contacto alguno con el fuego". Y es que, "si a un fuego se le pone una plancha metálica encima y ésta plancha metálica se pone al rojo vivo, pues los efectos de quemar son bastante más fuertes de lo normal que si no estuviera la plancha", como explica el abogado de la defensa, José María Sánchez de Puerta.
Tras ello, se recogerá "un bidón que había allí de gasolina vacío", para analizar "si hay huellas de Bretón o no y que se examine nuevamente". Y una tercera prueba es que "se recojan palos, adobes o materiales de construcción que hayan podido estar en contacto con el fuego para hacer como una especie de horno, dónde la cremación fuera bastante más rápida".