Drogas

Así es el 'supermercado de la droga' en Santiago de Compostela que lleva activo 3 décadas: "Nunca se vendió tanto como ahora”

Este narcopiso está al lado de barrios residenciales, del Hospital Clínico de Santiago y de uno de los campus de la universidad. La conflictividad y los robos aumentan cada vez más en la zona.

Narcopiso de Santiago de Compostela

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"Ese supermercado de la droga lleva más de treinta años operando aquí, pero nunca se vendió tanta como ahora", cuenta un vecino afectado en la Avenida de Barcelona de Santiago, la que desemboca en el Hospital Clínico de la ciudad y desde la que se divisa perfectamente el narcopiso del que habla, en el edificio llamado popularmente como O Banco do Pobre.

Consumen en espacios públicos

Desde estas calles se ve perfectamente cómo pasan y pasan distintas personas hacia el edificio para adquirir crack o heroína, sea la hora que sea. El problema es que el consumo, además, no lo hacen a escondidas: "Un día mis hijos estaban jugando cerca de unos matorrales, me acerqué y detrás de ellos vi cómo un chico estaba empezando a inyectarse", explica una madre de la zona que prefiere mantenerse en el anonimato. "También han consumido en nuestro portal los días de lluvia, ya que está tapado", sigue. De hecho, en la mayoría de los portales de estas calles hay videovigilancia.

Algunos incluso consumen en el parking público exterior en frente al Hospital Clínico o en el interior del párking subterráneo privado. De hecho, a veces entran en el servicio de urgencias o en los pasillos de las consultas externas del centro para pedir dinero o ir al baño, ensuciándolo y molestando a los pacientes. Es más, el gerente del Clínico ha pedido hoy a la alcaldesa de Santiago que aumente la presencia policial en las inmediaciones del centro para evitar estos problemas.

Dejan jeringuillas y deshechos por las zonas verdes

Además de no hacerlo a escondidas, los toxicómanos que consumen en la zona no son precisamente limpios, ya que dejan papeles y jeringuillas por las zonas verdes del barrio y del campus. En las últimas semanas un niño se ha pinchado con una jeringa, lo que ha supuesto la gota que necesitaban para colmar el vaso, por lo que los vecinos han decidido juntarse y asociarse para pedir soluciones a las fuerzas de seguridad y al ayuntamiento. Así, hartos de lo que llevan años viviendo, están creando la Plataforma Santa Marta Segura.

Son nueve los vecinos que llevan las riendas de esta plataforma (aunque en ella participan decenas de ciudadanos), que prefieren mantenerse en el anonimato por posibles represalias. Y es que los toxicómanos han robado a personas por la calle, también coches y en los interiores de viviendas. "El otro día estaba en el fisio y entró uno con un portazo a pedir dinero muy agresivo", cuenta otra vecina de la zona. Además, los toxicómanos se pelean entre ellos y orinan en los portales de los vecinos.

Otro de los sucesos que ha hecho agotar la paciencia de los vecinos es la reciente agresión a la hija de uno de los organizadores de la Plataforma: un toxicómano la abordó para pedirle dinero y ante la negativa de esta, el hombre la tiró al suelo y ella pudo escapar, aunque con arañazos y golpes. Aquellos que son padres y madres de familia temen todavía más la situación y, especialmente, que no se solucione pronto para poder vivir tranquilos.

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