El Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes se constituye este sábado en Barcelona. Surge gracias a la unión entre algunos de los vendedores ambulantes sin licencia que hay en la capital catalana, con el apoyo de organizaciones como el Espacio del Inmigrante, una entidad que trabaja por la inclusión social de los que vienen de fuera.
El nacimiento de este sindicato se produce tras los incidentes ocurridos a principios de septiembre entre manteros y agentes de la Guardia Urbana, cuyos sindicatos denunciaron la violencia con que actuaban estos vendedores ambulantes.
La primera de las reacciones ha llegado desde Ciudadanos, cuya líder en el Ayuntamiento de Barcelona, Carina Mejías, ha calificado de "despropósito" que el Ayuntamiento de Barcelona permita la constitución de un sindicato de manteros que, además, considera que "supone un agravio para los comerciantes que pagan sus impuestos y ejercen su actividad de forma legal".
La concejal y presidenta del grupo municipal de C's ha criticado que el Ayuntamiento de Barcelona "actúe a espaldas de los comerciantes tomando decisiones" que perjudican a un sector que "saca adelante sus negocios, crea empleo y cumple con sus obligaciones fiscales". En su opinión es "muy grave" que el gobierno municipal "facilite la creación de un sindicato de manteros y lo reconozca como interlocutor". Además, asegura que la política municipal en esta cuestión "produce un efecto llamada, fomenta la venta ilegal de productos falsos y desautoriza a la Guardia Urbana".
