Sanidad en Canarias
El horror de la habitación 1016 del Hospital Universitario de Canarias: "Está pasando sus últimos días como si fuera un infierno"
Es la denuncia del familiar de un enfermo terminal que se encuentra pasando sus últimas horas en una habitación sin las condiciones mínimas.
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Su padre lleva dos meses hospitalizado con un cáncer terminal y este fin de semana, casi en sus últimas horas ya, los médicos decidieron trasladarlo de habitación para que pudiera estar solo y que, así, sus familiares pudieran despedirse de él en la intimidad. Lo que no esperaba Zuri, su hijo, es que esos últimos días de vida su padre los pasara en una habitación que “se cae a cachos”. “No pedimos un hotel de cinco estrellas, solo instalaciones adecuadas. Esto es tercermundista”
El horror de la habitación 1016
“Cuando entramos en la habitación 1016 lo primero que nos llamó la atención fueron las humedades de la pared, está llena de desconchones por todos lados”, así describe Zuri lo que vio al entrar en la nueva habitación a la que trasladaron a su padre este sábado para pasar sus últimos días de vida. Sin embargo lo peor estaba por llegar. Esta habitación se encuentra en la última planta del hospital, la décima, y con temperaturas de más de 30 grados en el exterior, el calor era insoportable. No disponen de aire acondicionado y lo único que tenían disponible era un pequeño ventilador para tratar de mitigar un poco el bochorno. “Nos dicen las enfermeras que algunos están estropeados y no tienen otra cosa que ofrecernos”, asegura. “Está aquí pasando sus últimas horas pero está en un infierno porque durante el día el calor es insoportable y por la noche hace mucho frío, esto no es justo ni humano”.
La barandilla del balcón, en el aire
Y si el interior estaba mal, cuando salió al pequeño balcón se llevó las manos a la cabeza cuando se apoyó en la barandilla y se dio cuenta de que estaba prácticamente en el aire, carcomida de óxido y con el encalado del techo voladizo cayéndose a cachos “Todos los volados tienen redes para evitar que te caigan cascotes, esto es un peligro para cualquiera que se asome aquí. Si te apoyas te puedes caer y son diez plantas de altura. Es para matarse”
Nos describe lo que ve cuando mira alrededor al caminar por toda la planta “está todo en las mismas condiciones, cristales rotos, sillones deteriorados y sin las condiciones adecuadas”
Solo pide un mínimo de mantenimiento para unas instalaciones que son de todos y que todos en algún momento tendremos que utilizar en situaciones complicadas de nuestra vida. “No podemos permitir que esto se caiga a cachos y no hacer nada, por mi padre hoy pero por muchos otros”
Denuncia que esta situación repercute no solo en la comodidad de los pacientes y en sus familiares, también en la calidad asistencial porque los trabajadores no cuentan con las condiciones adecuadas para desarrollar su función. “Esto también contribuye a que quieran marcharse a otros lugares. Entre todos estamos desmantelando un sistema que cuenta con los mejores profesionales”.
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