Buena noticia
Berta, una médica tetrapléjica y 'rebelde' que cumple su promesa: "No me caso hasta que no pueda ir caminando al altar"
Berta se quedó tetrapléjica mientras estudiaba medicina. Consiguió acceder a una plaza MIR y hace unos días cumplió su sueño de ir caminando hasta el altar vestida de novia gracias a un exoesqueleto para casarse.
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Berta está cansada de que le digan que no, y siempre se ha rebelado. Ella desde pequeña quiso ser cirujana, como su padre, y comenzó a estudiar Medicina en Salamanca. Pero un día cualquiera de 2017, de esos que parece que se van a convertir en un gran día, estaba con sus compañeros de Universidad, divirtiéndose con ellos, y se tiró a la piscina. Entonces cambió su vida.
Un accidente la dejó tetrapléjica pero no en silla de ruedas
Se golpeó la cabeza, y tras sacarla del agua las pruebas eran claras: se quedó tetrapléjica.
Seguramente a partir de aquel momento empezó a oír muchos "noes". "Que si deberías pensar en dejar de estudiar Medicina", "no vas a poder ejercer tu profesión"... Ella seguramente también se diría más de un "no": "no voy a poder caminar nunca más", "ya no podré ir de pie hasta el altar"...
Consiguió acabar la carrera de Medicina
Pero siguió estudiando, con su silla de ruedas y en medio de cientos de pruebas, terapias, y rehabilitaciones. En contra de lo que podría decir cualquier pesimista, acabó la carrera. Le dio un buen guantazo al primer "no".
Pero a la vuelta de la esquina le esperaban más. Tenia que hacer el MIR y recibió varios "No apta" de Hospitales; no iba a poder ejercer. Se rebeló, se quejó, gritó que ella sí podía. Y los gritos llegaron hasta el Ministro.
Hoy tiene su plaza en medicina preventiva. Quizá no era el sitio que ella esperaba (recordemos que Marta iba para cirujana) pero su sueño, o al menos parte de él, se cumplió. Ya tenía su bata blanca.
"No me caso hasta que vaya caminando al altar"
Quería más. Quería ir de blanco con otro tipo de vestido. "Yo no me caso hasta que no pueda ir caminando al altar" le oímos decir varias veces. Eso parecía bastante más difícil que acabar la carrera y ejercer de médico. Pero hace unos días, sorprendiendo otra vez a los pesimistas y a los invitados de su boda, la vimos entrar en la Iglesia de pie y dirigirse caminando hasta el altar.
Un exoesqueleto la ayudaba a poder realizar el primer baile con su recién estrenado marido. Bailar, caminar... menudo guantazo a los noes de la vida. Seguramente a Berta le queden muchos noes. Pero viendo los antecedentes de esta rebelde, prepárense para verlos convertido en síes.
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