Rehén en Irán

La brutal experiencia de Santiago Sánchez en la cárcel más peligrosa de Irán: "He llegado a hablar con las hormigas"

Santiago Sánchez ha pasado por fin la noche en casa tras 15 meses encarcelado en Irán y ha concedido su primera entrevista a Espejo Público, donde relata su experiencia tan horrible.

Antena 3 Noticias

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 Santiago Sánchez ha pasado por fin la noche en casa tras 15 meses encarcelado en Irán. Ayer fue recibido por amigos y familiares en el Aeropuerto Adolfo Suárez (Madrid). Sánchez Cogedor llevaba arrestado desde octubre de 2022, fue detenido cuando viajaba a pie hacia Catar con motivo del Mundial de Fútbol. Le acusaron de espionaje al ir a fotografiar la tumba de Mahsa Amini, una joven que asesinaron por llevar mal puesto el velo.

"He luchado contra demonios, pero se puede salir de todo esto", contaba de manera emotiva. "Soy fuerte, pero muchas veces es duro. He llegado a hablar con las hormigas, pero siempre he tenido pilares y me han mandado señales para estar bien".

Su madre, Celia De Santiago, ya había podido hablar con su hijo por teléfono el día anterior de su liberación en una cárcel de Teherán, "me dijo que su sufrimiento lo va a utilizar para ayudar a los demás". El español pudo pasar la noche de Año Nuevo en libertad en la Embajada española, mientras sus familiares ya le esperaban de manera inminente en España.

Ahora es más fuerte y seguirá dando amor

"Guardar odio y rencor es de cobardes y débiles. Eso es para mi. El dolor y el daño que he pasado es una cosa mía y no me lo va a quitar nadie. Entonces yo esto lo voy a utilizar para ayudar a los demás", fueron sus primeras palabras en la llegada al aeropuerto de Madrid.

Esto le puede pasar a cualquiera, pero al principio no entendía nada.

Entre abrazos y mucha emoción, Santiago Sánchez ha sido dado la bienvenida al programa de Espejo Público de esta mañana. "el primer día ha sido una locura. Todavía tengo lagunas desde ayer. Ha sido todo muy emotivo. He dormido muy poco", confiese tras preguntarle cómo ha sido su primera noche en su casa. "Hasta que no dejara el espacio aéreo, todas las indicaciones era que tuviese cuidado y que no hablase persa. Vine solo. Fui muy prudente".

Dentro de estos meses tan duros, a Sánchez le cuesta recordar todo lo sucedido, pero confirma que hubo momentos que temía por su vida y tuvo la tentación de quitarse la vida. "Esto le puede pasar a cualquiera, pero al principio no entendía nada. Sentía mucho miedo y pasaban los días dentro de una celda con la luz 24 horas encendida para torturarme. Este dolor me lo guardo para mi para superarme como persona y el día de mañana ayudar a otras personas".

Ha explicado en el programa que su viaje consistía en dar amor y abrazos, "mi viaje era solidario para poner una semilla en los corazones de las familias. Por eso solo necesitaba un abrazo". Todo su objetivo ha sido ayudar a más vidas "vivir con la mano abierta".

Ha sido una moneda de cambio

Volviendo al momento de la detención, lo que más rabia le da a Santiago Sánchez es haber confiado en aquella persona que le acercó a la tumba de Mahsa Amini en un momento de máxima tensión en Irán. "La vida me mandó una señal un mes antes en Estambul. Donde solicité el visado y me lo denegaron, pero yo era muy cabezón y lo volví a solicitar. Sabían lo que me iba a pasar, yo era una moneda de cambio. He sido un rehén por intereses, no se que habrán sacado a cambio, pero ahí he estado".

"Todo lo que me ha ocurrido no lo cambiaría por nada. Ha sido una experiencia vital", comentaba Sánchez. Cabe recordar que la cárcel a la que fue trasladado, la temible Evin 209, es conocida como la más dura de Irán. Estaba en una celda de un metro cuadrado, con la luz encendida y la radio puesta las veinticuatro horas del día, sin baño, tenía que llamar a un micrófono y hacer mis necesidades allí mismo" ha relatado Sánchez Cogedor.

Yo pensaba que no me iba a pasar nada. Pero fui un idiota.

No vio la señal de no acudir a Irán porque pensaba que este viaje iba a ser diferente, "en ocasiones hay que hacer caso a la intuición". El día de antes de su viaje durmió en su tienda de campaña en la frontera de Irak en el Norte. "Tuve muchos mensajes de amigos donde me aconsejaban que me diera la vuelta, pero yo pensaba que no me iba a pasar nada. Pero fui un idiota".

La primera fase de los servicios de inteligencia fue que si tenía doble nacionalidad porque me sabía bien el idioma, pero yo que les dije es que antes de viajar a un país lo que hacía era aprenderme algunas palabras como 'gracias' o 'por favor'" Sin embargo, nunca hubo una colaboración buena por parte del país.

Nuevos proyectos con más viajes

En el día uno de su nueva vida, Santiago confiesa que "mi tiempo no es mío es de las personas que han estado ahí durante todo este tiempo. He sufrido mucha tortura de que me iba a ir al día siguiente, pero la hemos superado". En ese momento, su intención es iniciar nuevos proyectos. La primera pinceladas de este nuevo proyecto es "salir y conocer mundo".

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