El avance de esta segunda ola de coronavirus es imparable en Burgos. A pesar de las medidas adoptadas hasta ahora, la incidencia de contagios por covid-19 se sitúa en 1.654 casos por cada 100.000 habitantes, el doble de la media de Castilla y León.
Desde hoy y durante siete días los 175.000 vecinos de la capital burgalesa tendrán que cumplir con nuevas restricciones debido al avance del coronavirus para intentar doblegar esos datos.
Las reuniones públicas y privadas se limitan a tres personas no convivientes, y a 15 en lugares de culto. Ya ha sido publicado en el boletín oficial de la Comunidad de Burgos, el Bocyl.
Allí la situación de los hospitales es crítica y ya se ha pedido la incorporación de médicos jubilados. El Colegio Oficial de Médicos ha lanzado un llamamiento para reclutar de forma voluntaria a quienes puedan ayudar en los servicios de Atención Primaria y en el Hospital Universitario. También se ha solicitado el traslado de enfermos de coronavirus en la UCI a otras comunidades.
El alcalde y la Junta quieren más
Sin embargo, tanto la Junta de Castilla y León, el alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, y el PSOE, creen que esto no será suficiente y por eso pidieron al Ministerio de Sanidad, ayer por la tarde, poder contar con la herramienta para poder confinar domiciliariamente de forma programada durante la segunda ola de la covid-19, es decir, por un tiempo. El Gobierno les pidió esperar a ver si las medidas en marcha funcionan.
Las nuevas medidas aprobadas, a las que se sumarán test masivos de antígenos de segunda generación para rastrear los contagios por coronavirus y análisis de aguas fecales para ver las zonas en las que hay más incidencia, se centran en la reducción del límite de miembros en reuniones en espacios públicos o privados, que se reduce a tres miembros no convivientes, mientras que en el resto de la Comunidad está en seis.
Esta limitación no afectará a las dependencias, instalaciones y establecimientos abiertos al público que cuenten con un régimen de medidas de prevención y control de covid-19 aprobado por la autoridad sanitaria en Burgos. Tampoco se incluyen las actividades laborales e institucionales ni aquellas para las que se establezcan medidas específicas en la normativa aplicable.
Además, en el municipio de Burgos las reuniones, celebraciones y encuentros religiosos podrán desarrollarse en todo tipo de instalaciones, públicas o privadas, ya sea en espacios al aire libre o espacios interiores, siempre que, respetándose las medidas generales de prevención, no se supere un tercio de su aforo ni un máximo de quince personas.
"Mejor ahora que en Navidad"
A estas medidas por coronavirus se suman las que ya funcionan en el resto de Burgos, que tiene cierre perimetral, toque de queda entre las diez de la noche y las seis de la mañana, con la restauración y hostelería cerrada, lo mismo que los centros comerciales y los deportivos que no sean al aire libre.
Los propietarios de establecimientos de hostelería son partidarios, en su mayoría, de un confinamiento domiciliario que suponga la esperanza de unas navidades "un poco más normales, aunque no lo sean del todo", afirma un comerciante.
El presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería, Fernando de la Varga, insiste en que se está criminalizando injustamente al sector, porque ni siquiera se permite abrir las terrazas que muchos han acondicionado con inversiones más o menos importantes, "mientras la gente sigue paseando por la calle".