Cae en Almería el clan narco de 'El Rifeño', protagonista de tiroteos con la Guardia Civil

"El Rifeño" sospechaba que tenía un topo en su organización. A principios de 2022 su banda desembarcó un alijo de hachís en la playa de El Palmer, entre Aguadulce y La Garrofa, en Almería. Es una zona en la que se sentía seguro, llevaba muchos meses descargando sus narcolanchas de droga en esa zona. Pero ese día sus planes se torcieron. Cuando los vehículos con la droga salieron a la carretera otra banda estaba esperándoles. Hubo un tiroteo y les robaron la droga. Es lo que se conoce en el argot policial como "vuelco". La Guardia Civil localizó cerca de allí un todoterreno tiroteado, pero no hubo detenciones.

Ese "vuelco" hizo que la banda de "El Rifeño" extremara sus medidas de seguridad al temer que tuvieran un infiltrado que informara a otros clanes de narcotraficantes del momento de los desembarcos de droga. Por eso, el 9 de junio de 2022, minutos antes de producirse un nuevo desembarco de droga en la misma playa, cambian sobre la marcha sus planes y dan orden de alijar la droga en otro localización, en la playa de Torregarcía, en la misma provincia. Pero esa noche la Guardia Civil seguía el rastro de la narcolancha que traía el hachís tras ser detectada por los radares del SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior). Los agentes llegan a la playa y los narcos les reciben a tiros.

Reciben a los guardia civiles a tiros

La forma en que fueron recibidos los agentes hace que la Guardia Civil califique como "muy profesionales" a los miembros de la banda encargados de la seguridad del alijo. Llevaban chalecos antibalas, armas de fuego, entre ellos un fusil automático, y se ocultaban con pasamontañas. Cuando disparan contra los agentes "lo hacen mientras corren hacia atrás, reduciendo siluetas, es decir, agachándose, posicionándose de perfil para ofrecer un blanco más pequeño a la posible respuesta de los guardias", explica una fuente de la Guardia Civil.

Esa profesionalidad no sirvió de mucho. Durante la persecución policial volcaron dos coches de la banda. Esa noche y en los días posteriores fueron detenidas 10 personas y se incautó algo más de una tonelada de hachís. Fue el último alijo atribuido al grupo de "El Rifeño", un presunto narco originario, como indica su apodo, del norte de Marruecos. Vivía lujosamente en Roquetas de Mar, en Almería, y los agentes le aplican esa sospecha ya habitual en este tipo de casos: llevaba un nivel de vida demasiado alto sin que le conste trabajo alguno ni ingresos oficiales. Tiene numerosos antecedentes por tráfico de drogas. Los miembros del escalón superior de la organización residían también en urbanizaciones de lujo de Roquetas.

Tres narcolanchas incautadas

La investigación contra este grupo comenzó hace tres años, en julio de 2020, con una serie de descargas de hachís detectadas por la Guardia Civil es esa playa de El Palmer. Desde entonces se han interceptado siete alijos y la operación concluye ahora con la detención de 31 personas, la gran mayoría de origen marroquí. Se han incautado 3.055 kilos de hachís, 60.000 euros en efectivos, 30 vehículos y tres narcolanchas.

También se ha intervenido material que da idea de la violencia con que actuaba el grupo: un subfusil, seis pistolas, chalecos antibalas, material táctico militar y cócteles molotov. Disponían de sistemas de pinchos extensibles para colocarlos en la carretera e intentar pinchar las ruedas de vehículos policiales en caso de persecución. En uno de los locales utilizados como guardería de la droga, los agentes se han encontrado con dianas sobre las que practicaban tiro.

De los 31 detenidos, con edades entre los 19 y los 43 años, el juez ha ordenado prisión para 19 de ellos. Se les acusa de siete delitos: pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas y explosivos, falsedad documental, contrabando, detención ilegal y atentado contra agente de la autoridad.

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