COVID-19

La caída de cabello puede ser un efecto secundario para algunos contagiados de COVID-19

Algunos pacientes que se infectaron de COVID-19 en julio 2-3 meses después están notando que pierden más cabello de lo habitual. Te explicamos qué les ocurre.

Imagen de una persona que pierde pelo

Imagen de una persona que pierde peloPexels

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Perder pelo al final del verano es una etapa habitual y normal de nuestro cuerpo debido al proceso de renovación capilar, sin embargo se ha observado que algunos pacientes que se contagiaron de COVID-19 un par de meses después de la infección también sufren una caída mayor del cabello.

Es normal que en esta época se incrementen los pacientes preocupados por la pérdida de cabello, sobre todo desde que la pandemia ha hecho acto de presencia en nuestras vidas. El director del Instituto de Dermatología Integral, Miguel Sánchez Viera, explica que se debe a que algunos pacientes que se infectaron de coronavirus a principios del verano, "han notado que desde finales de agosto y principios de septiembre están sufriendo una caída anormal de cabello, que se ve incrementada por la habitual caída del cabello que se padece estos meses".

"El efluvio telógeno, que es lo que pasa en ambos casos, tiene una duración aproximada máxima de 3 meses. Pasado este periodo, el cabello debería recuperar su densidad y fortaleza habitual", aclara Sánchez Viera.

¿Cómo se puede combatir la alopecia androgenética?

La alopecia androgenéticaes el tipo de pérdida más habitual tanto en hombres como en mujeres. El doctor Sánchez Viera considera que "hasta un 75% de los hombres la padecerán" y señala que lo normal es que aparezca entre los 30-40 años aunque hay casos en los que se presenta de forma precoz incluso en la veintena.

Los expertos indican que un diagnóstico precoz es básico para un tratamiento personalizado consiguiendo parar el progreso de la alopecia y recuperar el cabello perdido cuando se encuentra en sus primeras fases.

El implante capilar

Para recurrir al implante capilar se habla de casos en los que el cabello está muy miniaturizado debido a un folículo piloso débil que no se puede recuperar, existen áreas no muy extensas en las que el cabello se ha perdido por completo debido a este proceso de miniaturización o bien cuando se han sufrido traumatismos en el cuero cabelludo.

Sánchez Viera explica que "cuando se han pautado al paciente tratamientos de estimulación capilar, como la medicación oral de inhibidores de la 5 alfareductasa, las microinyecciones con minerales, vitaminas y medicación específica para la alopecia aplicadas sobre la zona afectada, el plasma rico en factores de crecimiento del propio paciente, o el láser de baja intensidad, y no se han obtenido resultados, es momento de plantearse el implante capilar".

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