José Bretón
Las cartas que envió José Bretón al periodista de Antena 3 Javier Gallego: "Unas personas se llevaron a mis hijos"
En estas cartas, insistía en su "total inocencia" y tendía a culpar a terceros por la desaparición de los menores.

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José Bretón Gómez, ha sido condenado a 40 años de prisión por el asesinato de sus hijos Ruth, de 6 años, y José, de 2. El periodista de Antena 3 Javier Gallego se carteaba mientras se encontraba en las cárceles de Córdoba y Alicante. En estas cartas, insistía en su "total inocencia" y tendía a culpar a terceros por la desaparición de los menores.
"Unas personas (no creo que fuera una sola) se llevaron a mi hija Ruth y a mi hijo José", afirmaba en uno de los escritos con Gallego. Incluso llegó a realizar croquis para cuestionar que los huesos hallados en la hoguera de la finca "Las Quemadillas" fueran humanos. "Yo solo quiero volver a estar todos los días con mi hija Ruth y mi hijo Jose", escribía.
Tras años de mentiras, asegurando que perdió a sus hijos aquella tarde de octubre, 14 años después del crimen ha confesado ser el autor del asesinato de sus hijos. Ha declarado que le faltó "un poco más de suerte", pero sus abogados creen que es para librarse de la acusación.
El caso comenzó el 8 de octubre de 2011, cuando Bretón denunció la desaparición de sus hijos en el parque Cruz Conde de Córdoba. A las 18:40 horas llamó para alertar de la desaparición de los menores y posteriormente interpuso una denuncia en la Policía. Según su relato inicial, los niños se habían perdido mientras jugaban bajo su supervisión. Sin embargo, las investigaciones pronto apuntaron hacia él como único sospechoso.
Diez días después, el 18 de octubre, fue detenido tras el hallazgo de restos óseos calcinados entre los carbones de una hoguera en la finca familiar paterna "Las Quemadillas". Estos huesos fueron identificados más tarde como humanos por lo que desmontaban la versión del acusado.
El juicio
El juicio celebrado en junio de 2013 con Bretón, como único investigado, afirmando: "Yo quiero a mis hijos con locura" o "Cuando salen de la guardería vienen corriendo a mis brazos", en un intento por defender su inocencia. Sin embargo, las pruebas eran claras: había planeado meticulosamente el asesinato para vengarse de su expareja Ruth Ortiz tras su separación.
Ese fin de semana, los menores habían viajado desde Huelva, donde residían con la madre, hasta Córdoba para pasar esos días junto a su padre. Según lo refleja Luisgé Martín, en el libro 'El Odio', drogó a los pequeños con somníferos antes de quemar sus cuerpos. "Antes de poner los cuerpos en el fuego comprobé que no respiraban", admitió con frialdad.
La confesión
En las confesiones del libro, Bretón no podía soportar la idea de que sus hijos crecieran junto a la familia materna, a la que consideraba "tóxica". Esta obsesión lo llevó a planear lo que él mismo calificó como "el crimen perfecto". "Si no había cuerpos no podían acusarme de nada. Estuve a punto de conseguirlo", confesaba a Martín en una de sus conversaciones en la cárcel.
En las cartas con Javier Gallego y Luisgé Martín, mostró una faceta manipuladora y narcisista descrita también en informes psiquiátricos. A pesar del terrible acto de acabar con la vida de sus hijos, intentó justificar sus acciones diciendo que buscaba evitar sufrimiento a los niños: "Murieron sin miedo ni dolor, confiaron en mí".
Mientras, el abogado de Bretón, Baldomero Sánchez de Puerta, cree que esta confesión se trata de una estrategia, piensan que "está tratando de beneficiarse de unos beneficios penitenciarios". Además, explica que se ha sorprendido ante estas palabras ya que "él siempre ha mantenido que perdió a sus hijos en el parque".
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