Desalojada

La vivienda de una pensionista se convierte en la casa de los horrores: derrumbes, cucarachas y ratas

Todo comenzó cuando a Juana, vecina de Gran Canaria, se le hundió el suelo de su dormitorio. Ahora lidia con un gran agujero en el suelo del que salen cucarachas y ratones.

Imágenes de la casa de Juana Vera.

Imágenes de la casa de Juana Vera.Antena 3 Canarias

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Hace nueve meses que comenzó la pesadilla de Juana Vera, vecina de Las Palmas de Gran Canaria, y es que principios de noviembre, el suelo de su dormitorio se hundió. La afectada nunca había notado movimientos extraños, pero esa noche, cuando se disponía a dormir, escuchó un ruido inusual: "Al principio oí como si el azulejo se rajara".

Juana, para ser precavida, se fue a dormir a otra habitación, pero a las dos de la mañana llegó el estruendo: "Me desperté asustada y fui a ver lo que pasaba. Vi como toda la parte donde estaba mi cama se había desplomado".

Desde entonces la grancanaria no ha podido entrar en su dormitorio para dormir, ni siquiera para coger sus pertenencias: "Tengo mi ropa dentro, pero además de que los bomberos me aconsejaron no entrar, yo tampoco me he atrevido porque soy diabética y cualquier rasguño que me haga, puede ser grave".

Ahora se está quedando en la habitación que era de su nieta, la cual desde entonces no puede convivir con Juana: Yo la crie y ella siempre ha vivido conmigo pero ahora ya no se queda aquí porque usa una silla de ruedas y no es posible que las dos estemos en el mismo cuarto".

Convivir con ratones y cucarachas

Por si no fuese suficiente con la situación a la que se enfrenta a diario, a Juana se le suma otro problema, que es la presencia de cucarachas y ratones en la habitación afectada: "Anoche estaba durmiendo y me rozó una cucaracha con la mano y ya no dormí más. Me es imposible descansar varias horas seguidas porque a veces escucho el ruido de los ratones".

Su dormitorio tiene puerta pero por mucho que la cierre, las cucarachas siguen pasando porque el hundimiento hace que se quede un hueco justo debajo por el que pasean a sus anchas.

Sin ingresos suficientes y sin respaldo

Juana asegura que desde esa noche no puede descansar y que está viviendo "un mal sueño". No ha podido reparar los daños porque con sus ingresos le es imposible asumir los gastos; es pensionista y únicamente cobra una paga no contributiva de 517 euros.

La comunidad de vecinos le ofreció la visita de un arquitecto para ver cuánto podría costarle, pero solo el informe de valoración estaba tasado en 1900 euros. Luego, su hermano le consiguió a otro especialista, que le ofreció un presupuesto de casi 8000 euros, una cifra que se aleja mucho de su realidad económica.

Es por eso que ha intentado pedir ayuda a las instituciones públicas. Por su parte, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria le dijo que podría cubrirle, de forma inmediata, el 50% de la reparación y que el Cabildo de la isla se encargaría de la otra parte, pero hace unos días le comunicaron que no podía ser posible.

Desde el ayuntamiento también le han ofrecido una ayuda de875 euros que recibiría cada seis meses, por lo que tendría que esperar más de cuatro años para volver a dormir en su habitación. Así que ahora solo le queda la última esperanza que es la posibilidad de que el Cabildo reciba ayudas para el arreglo de la vivienda y que pueda acogerse a ellas.

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