El caso de los bebés robados ha llegado hoy a la Fiscalía General del Estado. La asociación que defiende a las víctimas ha presentado una demanda colectiva con doscientos sesenta casos documentados. Y son sólo una pequeña parte porqué los demandantes creen que unos trescientos mil niños fueron arrancados de los brazos de sus madres.
Son parte de las 261 historias que ha recogido la asociación ANADIR en la denuncia colectiva que esta mañana se ha presentado en la Fiscalía General. Reclaman una investigación para averiguar cómo pudieron ser robados más de 250 mil recién nacidos, según sus propias estimaciones.
En los últimos meses es constante el goteo de personas buscando documentación referente a los hijos que les dijeron que habían muerto. Leonor busca a su primera hija. Le dijeron que murió por hidrocefalia. Una enfermedad del feto que obliga a realizarle a la madre una cesárea. Pero Leonor parió por el canal del parto. Cree que su hija sigue viva y que debe parecerse a los dos hijos que tuvo después.Leonor espera poder completar algún día su album de fotos familiar
El Fiscal General del Estado, Cándido Conde-Pumpido, tiene desde este jueves sobre su mesa una denuncia por el robo de 261 niños cometido en distintas oleadas durante el franquismo y hasta finales de los años ochenta.
ANADIR ha decidido acudir al fiscal con la esperanza de que abra una causa que les permita encontrar a las madres, hijos y hermanos que buscan. En la denuncia, la asociación de afectados argumenta que existen indicios de los delitos de tráfico de niños, falsificación de documento público, suposición de parto (simular haber dado a luz a un niño vivo) y secuestro y detención ilegal, que no prescriben.
El escrito incluye un listado de las pruebas que podrían presentar al fiscal, como partidas de nacimiento y defunción falsificadas, y los testimonios de una enfermera que trabajó en la Clínica San Ramón (Madrid) y asegura que la venta de niños era habitual allí.
Un funerario de Málaga relata cómo rellenaba los pequeños ataúdes que le llegaban vacíos de algunas maternidades; una mujer que confiesa haber comprado una niña en un parque de Melilla en 1979 y otra que cuenta cómo le dijeron que fingiera un embarazo antes de regalarle un bebé.