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GRACIAS A SUS CONOCIMIENTOS EN PRIMEROS AUXILIOS
Una churrera de Alcorcón salva la vida a dos de sus clientes en los últimos seis meses
Joaquina Benavente, que regenta la chocolatería-churrería San Vicente junto a su marido, ha puesto a prueba sus conocimientos de primeros auxilios para salvar la vida de dos clientes en los últimos seis meses. Al primero, llamado Eugenio, logró mantenerlo con vida mediante un masaje cardiopulmonar cuando a éste sufrió un derrame cerebral. Hace unos días, salvó la vida de Alfonso, al que le practicó una compresión abdominal para evitar que se atragantara con una porra.
Joaquina Benavente no gana para sustos en la chocolatería-churrería San Vicente que regenta junto con su marido en la localidad madrileña de Alcorcón, donde ha tenido que poner a prueba sus conocimientos de primeros auxilios para salvar la vida de dos clientes en los últimos seis meses.
Por el primero de los casos, ocurrido el 5 de enero, ha sido condecorada hoy por la Policía Municipal. En aquella ocasión, Benavente socorrió a un hombre, llamado Eugenio, quien en el interior del establecimiento sufrió un derrame cerebral que le impedía respirar.
Joaquina, que fue presidenta de la Cruz Roja en Alcalá de Henares, sin pensárselo dos veces practicó a Eugenio un masaje cardiopulmonar que le mantuvo vivo hasta que llegaron los sanitarios del servicio de urgencias y pudo ser trasladado a un hospital.
Hace unos días, Joaquina tuvo que volver a poner a prueba sus nervios para socorrer a otro cliente, Alfonso, que se había atragantado con una porra. Una certera compresión abdominal practicada por la churrera para desatascar el conducto respiratorio, llamada maniobra de Heimlich, sacó a Alfonso del trance.
Joaquina ha contado cómo hace dos semanas Alfonso, tras acudir como todas las mañanas a desayunar a la chocolatería, con "las prisas", se le "atragantó la porra", "no podía respirar" y "se puso más rojo que un tomate", por lo que le apretó con fuerza en el pecho hasta que logró expulsar el trozo que le taponaba la garganta.
Joaquina, que no se considera ninguna heroína, se mostraba hoy muy nerviosa por el acto de la condecoración, ya que dice ser "una persona muy sencilla" que no está acostumbrada a "estas cosas", aunque sí que sostiene que está "muy habituada a ayudar a la gente de muchas maneras", por lo que ella misma se resta méritos.
Su marido, Juan Carlos Rodríguez, ha comentado que Joaquina "parece tener un don para salvar a la gente", y ha recordado que hace algunos años también ayudó a un hombre que se había quedado atrapado en un coche tras sufrir un accidente.
La churrera lamenta que "nunca más volvieron a saber nada de él", cosa que no ha ocurrido ni con Eugenio ni con Alfonso, que siguen acudiendo habitualmente a la chocolatería-churrería
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