Galicia

Cinco meses en una cámara frigorífica sin que nadie se encargue de su entierro

La poca familia que le queda a este vecino de A Pobra do Caramiñal, en A Coruña, no se quiere hacer cargo de los gastos del entierro. El ayuntamiento local no avanza en el proceso.

Imagen de un cementerio

Imagen de un cementerioUnsplash/Pablo.buffer (archivo)

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La soledad es uno de los grandes males de nuestro tiempo. En este caso parece que alcanza su máxima expresión ya que excede incluso los límites de la vida.

El hombre del que hablamos es un vecino de A Pobra do Caramiñal, en A Coruña, que murió a mediados del pasado mes de enero a los 61 años. Se trata de un hombre que había dedicado su vida al mar y que ahora, ya retirado, vivía solo.

Fue en un piso de su propiedad donde falleció y, aunque no había signos aparentes de violencia, en vista de que no estaban claras las causas de su muerte, el juez ordenó el traslado del cadáver al Instituto de Medicina Legal de Santiago para que se le realizase la autopsia. El objetivo era descartar cualquier posible delito en su fallecimiento.

Así fue. El resultado de los análisis que se le practicaron al cuerpo constataron que había fallecido por causas naturales y que no procedía abrir ningún tipo de investigación al respecto. Fin.

O debería haber sido el fin. Pero en este caso fue más bien el inicio de un triste período en el que su cuerpo permaneció –y permanece- en una cámara frigorífica de ese Instituto de Medicina Legal.

Su familia alega no tener relación con el fallecido

Lo habitual en estos casos es que, una vez practicadas las pruebas pertinentes, el cuerpo fuese devuelto a sus familiares para que pudieran darle sepultura. Pero, según las informaciones publicadas, esto no pudo suceder.

Los pocos familiares que tenía este hombre se habrían negado a hacerse cargo de los gastos del sepelio, que no son gastos menores, las cosas como son. Ya que habrían alegado no tener relación alguna con él desde hacía mucho.

El siguiente en la lista de “responsables” sería el ayuntamiento de A Pobra, a quien le correspondería asumir los costes una vez agotadas las demás vías pero, según publica La Voz de Galicia, el proceso estaría paralizado, y los motivos podría estar relacionados con la necesidad de determinar quien se va a quedar con el piso del que el fallecido era propietario.

De hecho, una posibilidad, apuntan desde la justicia, sería que el Ayuntamiento se haga cargo de los gastos y después reclame los costes a quien se haga con la herencia del difunto. Sea como fuere, mientras se determina a quien le toca, los meses siguen pasando. Cinco suma ya el cuerpo de este hombre en el frigorífico.

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