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en la plaza Major de VIC
El conductor que embistió las cruces por los políticos presos en Vic se niega a declarar
Su abogado cuenta que se trata de un hombre de 50 años y que no esta adscrito a ningún partido político. Su abogado ha declarado que padece un trastorno mental y que no tiene nada que ver lo sucedido este domingo con un delito de ocio.
Víctor Martorell, el abogado del conductor que arrolló varias hileras de cruces amarillas en la plaza Major de Vic, ha desvinculado su acción de cualquier motivación ideológica y la ha atribuido a un "ataque de angustia" que sufrió cuando circulaba cerca del lugar. En declaraciones a Efe, Martorell ha explicado que su cliente ha acudido esta mañana a la comisaría de la policía local de Vic, que lo había citado para interrogarlo, pero se ha acogido a su derecho a no declarar, entre otras cuestiones porque está muy afectado psicológicamente debido al gran revuelo causado por su acción.
En su atestado, que remitirá al juzgado cuando esté finalizado, la Guardia Urbana acusa al conductor de un delito de conducción temeraria, aunque el Ayuntamiento de Vic ha anunciado ya que también piensa denunciarle por incitación al odio y a la discriminación.
Sin embargo, el abogado del conductor insiste en que la actuación de su cliente "no es un tema ideológico" y recuerda que éste, vecino de Vic de 52 años, es una persona conocida en el municipio, y también por la propia Guardia Urbana, porque sufre trastornos depresivos de los que se trata con una medicación muy potente. Según la versión del letrado, el conductor sufrió un fuerte ataque de angustia cuando circulaba por la calle Verdaguer de Vic, próxima a la plaza Major, que le llevó a arrollar las cruces amarillas plantadas en apoyo de los políticos presos y sigue sin explicarse por qué lo hizo.
El conductor actuó contra las cruces que activistas independentistas plantaron el sábado en la plaza, como se ha hecho en otros municipios, playas y espacios públicos. El coche entró el domingo en la plaza, donde había decenas de personas, y empezó a derrumbar las cruces hasta que abandonó la plaza.
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