El joven acusado de matar a su padre el 1 de enero de 2008 en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra utilizando para ello un cuchillo y una escopeta ha reconocido los hechos pero ha alegado que lo hizo en legítima defensa, ya que su progenitor le quería clavar un cuchillo y le había amenazado de muerte tanto a él como al resto de la familia.
La Audiencia Provincial de Sevilla ha acogido la primera jornada del juicio con jurado popular contra A.D.P., para el que la Fiscalía de Sevilla solicita ocho años de prisión por un presunto delito de homicidio, mientras que su defensa, ejercida por el letrado Manuel Salinero, pide la absolución, ya que entiende que lo hizo en defensa propia y movido por un miedo "insuperable".
Durante su declaración, que se ha prolongado por espacio de más de una hora, el encartado ha explicado, antes de referirse a los hechos en sí, que su padre sufría una psicosis bipolar que le hacía estar unas veces "más deprimido" y otras "más excitado", precisando que, desde el verano anterior al fatal suceso, únicamente se tomaba la medicación por la mañana y no por la noche.
De igual modo, ha relatado que, desde el mismo verano en que abandonó parcialmente la medicación, su padre comenzó a sacarse "todas las licencias de armas" existentes y a comprarse distintas armas -"que les daba la Guardia Civil"-, tales como tres escopetas de caza, un revólver, una pistola de aire comprimido e incluso una lanza, añadiendo que, con anterioridad al día de los hechos, protagonizó "muchos" altercados debido al trastorno bipolar que sufría y a la falta de medicación.