Canícula y calor

Cómo sobrevivir al calor de la canícula que azota a los visitantes en Toledo

Los turistas que visitan nuestro país también sufren los estragos del verano. Nos hemos trasladado a una de nuestras ciudades más monumentales pero también más calurosas, Toledo. Así se combate la canícula allí.

Toledo

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"¿Cómo se vive una ciudad tan hermosa con tanto calor?", le preguntamos a Scott, un joven estadounidense de New Jersey que ha venido a casarse a la Ciudad Imperial. "Uf... bueno... bueno, estamos todos preparados... llevamos todos nuestra crema solar y vamos todos bien...", responde, acompañado por toda su familia.

Maricarmen, que procede de Barranquilla (Colombia), va bien pertrechada: "Nos venimos preparados con el tanquecito de agua, y nos hidratamos bastante antes de salir de casa, y sombrero, gorra, y traemos dinerito para comprar agua, helados, jugos y refrescos porque hace mucho calor de verdad".

Agua, sombrero y crema solar, vitales para soportar el calor

Cuando las chicharras cantan así es que hace mucho, muchísimo calor. "Tengo un ventiladorque me cuelgo en el cuello y me da fresquito... pero me lo he dejado en el hotel", comenta Roger, padre de Scott.

Fabio, guía turístico, intenta ayudar todo lo posible a sus clientes: "Buscamos ante todo sombra. Y en mi caso, también intentar ir por calles donde los clientes puedan encontrar o bien fuentes públicas o bien negocios donde puedan encontrar agua o cualquier otro tipo de bebida".

"Entonces, Verónica... ¿Cómo tenéis acondicionadas vuestras habitaciones?", le preguntamos a Verónica Muñoz, directora del Hotel Boutique Adolfo, a lo que responde: "Desde que entra el cliente, la habitación ya está fresquita y cómoda, y ya a continuación les sugerimos que tomen un refresco o un combinado con vistas a la Plaza de Zocodover"

Habitaciones frescas y acondicionadas en pleno Casco Antiguo

Ahora buscamos métodos de toda la vida contra el calor. Nos dirigimos a uno de los comercios de recuerdos más veteranos de Toledo. "¿Se venden más abanicos ahora?", le planteamos a Julia.

" ¿Cómo no se van a vender ahora los abanicos? ahora se venden... no como esos que se ponen esos cosos modernos... los españoles tenemos que llevar nuestros abanicos... bien bonitos" afirma con su proverbial simpatía.

Nuestros antepasados sabían muy bien como protegerse de la canícula y prueba de ello son estos zaguanes que podemos encontrar por todo el Casco Antiguo de Toledo. El frescor de estos espacios nos dará el respiro necesario para poder seguir con nuestra visita. Otros refugios son el centenar de iglesias, conventos y museos repartidos por esta Ciudad Patrimonio de La Humanidad.

Uno de los más hermosos es el Museo de Santa Cruz. "Yo recomiendo estar bajo techo, y un techo como este, pocos techos hay como los que tiene el Museo de Santa Cruz y sí, es un lugar perfecto, ideal para estas fechas" asegura el director de este espacio, Antonio Dávila.

Espacios tradicionales e innovadores para estar al abrigo de la canícula

Museos tradicionales y otros menos convencionales como es el Museo Cromática, espacio que ha recibido el título del Museo más original del mundo. "Un edificio del siglo X, que conserva parte de la edificación original, eso hace que los muros conserven el frescor natural. Luego, cocktelería y arte. Una combinación perfecta para pasar una tarde de verano" asevera bebida en mano Sara Díaz, subdirectora de este interesante lugar.

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