Talavera de la Reina
Condenado a 8 años y 6 meses de prisión el cura de Talavera de la Reina que abusó sexualmente de una menor
La sentencia incluye la inhabilitación especial para el procesado en el desarrollo de toda profesión u oficio que suponga el contacto regular con menores de edad.
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La Audiencia Provincial de Toledo ha condenado a 8 años y 6 meses de prisión al sacerdote de Talavera de la Reina, José Luis Galán, como autor de un delito continuado de abusos sexuales con acceso carnal sobre una menor, hija de la mujer con la que mantenía una relación. La Fiscalía y la acusación particular pedían 17 y 22 años de cárcel, respectivamente.
La sentencia incluye para el procesado inhabilitación especial para el ejercicio de toda profesión u oficio que suponga el contacto regular con menores de edad durante el período de la condena, además de la prohibición de comunicarse y acercarse a la víctima a una distancia inferior a 300 metros durante 18 años. El acusado también tendrá que indemnizar a la joven con 50.000 euros en concepto de responsabilidad civil.
El Tribunal ratifica la veracidad de la declaración de la víctima "por el contenido del informe pericial forense, así como por el informe y las manifestaciones ofrecidas" por una doctora. Según la Audiencia toledana, la "compatibilidad del diagnóstico" de la víctima con los hechos que describe "justifican los 'flashbacks'" que ella tenía "con la disociación mental que se ha producido durante el periodo en el que se producían las conductas denunciadas".
El fallo considera que "no existió ni violencia ni intimidación, sino que concurrió un consentimiento viciado de la víctima que, al ser requerida para realizar variadas y execrables actuaciones de naturaleza sexual con el ahora acusado, se sometió a las mismas en base a la situación de superioridad moral y personal que el mismo mantenía sobre la menor".
La relación que mantenían el acusado y la víctima "fueron empleados por el sacerdote para manipular a la víctima y obtener, así, un consentimiento viciado, a fin de que la querellante accediera a las pretensiones sexuales que le formulaba".
Los hechos
En enero de 2011, el sacerdote fue designado director espiritual de la joven, que presentaba una "situación de angustia y confusión" por problemáticas en su ámbito familiar. Tras ganarse la confianza de la joven, comenzaron los "comportamientos lascivos" en el despacho parroquial de la iglesia de San Ildefonso de la localidad toledana. En varias ocasiones, Galán le pidió que se desnudara y que lo besara. Cuando la víctima se negaba la decía que era una "quejica y una niñata".
La denuncia
Los abusos se extendieron hasta junio de 2013, momento en el que inició los estudios universitarios. Posteriormente, la joven fue tratada de una diversa y múltiple sintomatología, originadas en las conductas de naturaleza sexual a las que fue sometida por el cura. Asimismo, se le diagnosticó trastorno de adaptación y anorexia nerviosa.
A finales de 2017, la víctima terminó denunciando todo lo sucedido, no obstante, al sacerdote solo se le prohibió oficiar misas en público, por lo que continuó dando clases como profesor de Moral y Ética en el Instituto Teológico San Ildefonso hasta enero de 2018.
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