Violencia de género

Condenado a más de 30 años de cárcel después de meter una pistola a su pareja en la boca, patearla, quemarla...

La sentencia considera culpable al hombre de dos delitos de agresión sexual, uno de ellos continuado, dos delitos de maltrato y otros dos de amenazas, además de los delitos de coacciones, lesiones, tenencia de armas prohibidas y trato degradante.

Imagen de archivo de una marcha contra la violencia de género

Imagen de archivo de una marcha contra la violencia de géneroEFE

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31 años y 9 meses de prisión es la condena que la Audiencia de Castellón ha impuesto a un hombre por violar, quemar, humillar y amenazar a su pareja.

La violencia que este hombre ejerció contra su pareja fue extrema golpeándole con un cinturón, arrojándole agua fría o dándole patadas. En otro episodio llegó a meterle en la boca el cañón de un revólver porque creía que ella le era infiel y quería hacer la "ruleta rusa".

El condenado además de la pena de prisión tendrá que indemnizar a la víctima con 70.000 euros por los daños morales que sufrió y con 900 euros por las lesiones físicas que le provocó.

La Sección Segunda de la Audiencia considera al hombre culpable de dos delitos de agresión sexual, uno de ellos continuado, dos delitos de maltrato y otros dos de amenazas, además de los delitos de coacciones, lesiones, tenencia de armas prohibidas y trato degradante.

El condenado y la víctima se conocieron en 2019 tras coincidir en el trabajo. Comenzaron una relación sentimental. Según lo que se considera hecho probado en la sentencia el condenado generó un clima de humillación, sometimiento y terror respecto de su pareja debido a su actitud celosa y posesiva.

En varias ocasiones le ató también las muñecas y los tobillos con cinta americana, para interrogarla sobre supuestas infidelidades, mientras le golpeaba con un cinturón, le tiraba un cubo de agua fría o le daba patadas.

El hombre acusó a la víctima de haber mantenido relaciones sexuales con un perro, la inmovilizó y la violó en la vivienda que compartían. Poco después, en enero de 2020, tras expresar sus sospechas sobre una infidelidad, la obligó a desnudarse y le metió en la boca un revólver y accionó el gatillo, sin que la pistola llegara a disparar. El mismo día, le quemó la mano, le acercó la cabeza al fuego de la cocina y le provocó así quemaduras en parte del pelo.

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