Núcleo de la Tierra

Las consecuencias en el clima después de que el núcleo de la Tierra se haya parado

El estudio realizado por el equipo de investigadores de la Unversidad de Pekín señala las consecuencias de que el núcleo de la Tierra se haya frenado.

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El núcleo de la Tierra se ha parado. Investigadores del Instituto de Geofísica Teórica y Aplicada de la Universidad de Pekín han avanzado que el frenazo ha provocado que el núcleo o endosfera podría estar girando en el sentido contrario. Científicos señalan que este fenómeno podría causar cambios en el clima y también en la duración de los días.

Los autores del trabajo publicado en la revista 'Nature Geoscience', Yi Yang y Xiaodong Song, han explicado que puede influir en el clima y en el nivel del mar. Matizan que estos cambios son habituales en la historia del planeta y que no es la primera vez que ocurre, que suele ser algo cíclico.

Para el estudio, los investigadores analizaron las ondas sísmicas de terremotos casi idénticos que han atravesado el núcleo -interno- de la Tierra siguiendo trayectorias similares desde la década de 1960. Desde 2009 la rotación del núcleo interno de la Tierra se ha parado: las trayectorias que antes mostraban una variación significativa han experimentado pocos cambios.

Las consecuencias en el clima

Que haya frenado el núcleo de la Tierra afecta al clima y al nivel del mar por la alteración el campo gravitariorio interno. Causa deformaciones en la superficie y trae un aumento de la temperatura global del planeta tierra. Además, afecta a la duración de los días. Se están acortando unas fracciones de segundo desde hace unos años.

"Estas observaciones aportan pruebas de interacciones dinámicas entre las capas de la Tierra, desde el interior más profundo hasta la superficie, debidas potencialmente al acoplamiento gravitatorio y al intercambio de momento angular desde el núcleo y el manto hasta la corteza", concluyeron los autores del estudio.

El núcleo del planeta Tierra -también llamado endosfera- está constituido por dos capas diferentes, en extensión y estado físico, según muestran los datos sísmicos: un núcleo externo líquido de aproximadamente 2270 km de grosor y un núcleo interno sólido con un radio de unos 1220 km. Gracias a que el núcleo es parcialmente líquido, existe un campo magnético que nos protege de los rayos solares dañinos.

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