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CONTRARIOS A LA EUTANASIA
El Consejo General de Colegios de Médicos recuerda en una declaración que el Código impide provocar la muerte aunque lo pida el paciente
En el texto, los médicos consideran "realmente prioritario y urgente" una legislación que garantice el acceso universal y equitativo a los cuidados paliativos de calidad en el Sistema Nacional de Salud.
El Consejo General de Colegios de Médicos recuerda que el Código de Deontología Médica establece que el profesional sanitario "nunca provocará intencionadamente la muerte de ningún paciente, ni siquiera en caso de petición expresa por parte de éste".
La Asamblea de los Colegios Médicos ha aprobado una declaración a raíz de que el Congreso de los Diputados tomase en consideración una proposición de ley remitida por el Parlament de Cataluña para reformar el Código Penal y contemplar así la eutanasia y el suicidio asistido, ha informado en un comunicado.
En el texto, el Consejo se reafirma como profesión médica en su compromiso de servicio al ser humano y a la sociedad así como en el respeto a la vida humana, la dignidad de la persona y el cuidado de su salud. Los médicos consideran "realmente prioritario y urgente" una legislación que garantice el acceso universal y equitativo a los cuidados paliativos de calidad en el Sistema Nacional de Salud.
La normativa, además, debe garantizar "el derecho a la sedación paliativa en la agonía, de forma científica y éticamente correcta sólo cuando existan síntomas refractarios a los recursos terapéuticos disponibles y se disponga del consentimiento del paciente implícito, explícito o delegado". En estas circunstancias -advierten- no cabe la objeción de conciencia.
El Consejo señala que, según el Código Deontológico, "el médico tiene el deber de intentar la curación o mejoría del paciente siempre que sea posible. Cuando ya no lo sea, permanece la obligación de aplicar las medidas adecuadas para conseguir su bienestar, aun cuando de ello pueda derivarse un acortamiento de la vida".
Recoge, además, que el médico "no deberá emprender o continuar acciones diagnósticas o terapéuticas sin esperanza de beneficios para el enfermo, inútiles u obstinadas. Ha de tener en cuenta la voluntad explícita del paciente a rechazar dicho tratamiento para prolongar su vida".
"Cuando su estado no le permita tomar decisiones, tendrán en consideración y valorará las indicaciones anteriormente hechas y la opinión de las personas vinculadas responsables", señala. Los médicos recuerdan, asimismo, que hace más de un año dieron su apoyo "sin fisuras" a una iniciativa legislativa en materia de derechos y garantías en el proceso de morir, presentada por Ciudadanos en el Congreso de los Diputados.
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