Drogas
Ya se consumían drogas hace 3.000 años: Menorca es la prueba directa
Gracias a un mechón de pelo de la Edad de Bronce se ha podido descubrir este inédito hecho.
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Quizás a muchos les pueda parecer algo inédito. Pero sí. Hace 3.000 años ya se consumían drogas en Europa. La prueba directa se ha encontrado en Menorca. Se trata de mechones de pelo de la Edad de Bronce procedente de un enterramiento. Tras un análisis de esta prueba, los investigadores llegan a la conclusión de que se usaban drogas alucinógenas derivadas de las plantas hace miles y miles de años.
Según el estudio publicado en 'Scientific Reports', el pelo era parte de un ritual funerario que se escondió en la cueva Es Càrritx, en Menorca. Las sustancias alucinógenas que los investigadores detectaron son la atropina, escopolamina y efedrina. Todas ellas procedentes de plantas. Elisa Guerra-Doce, investigadora de la Universidad de Valladolid, ha liderado el proyecto junto a sus compañeros.
Estudios anteriores indican que Es Càrritx fue ocupada hace 3.600 años. Esta cueva tenía una cámara que se usaba como espacio funerario hasta hace 2.800 años. En la cámara fueron enterrados 210 personas. Sin embargo, se tiñeron de rojo mechones de pelo de unos pocos, se colocaron en recipientes de madera y cuerno decorados con círculos concéntricos y se trasladaron a una cámara sellada separada situada más al fondo de la cueva. Los pelos son de hace 3.000 años.
Para llegar hasta el fondo del asunto, los investigadores usaron cromatografía líquida de ultra alta resolución y espectroscopia de masas de alta resolución para detectar la presencia de los alcaloides atropina, escopolamina y efedrina. La presencia de las sustancias citadas en los cabellos puede deberse al consumo de algunas plantas alucinógenas en rituales.
Drogas con fines alucinógenos y no terapéuticos
El equipo no cree que estas sustancias se usaran para aliviar el dolor, aunque "hay una línea muy fina sobre hasta qué punto algo es para uso medicinal, mágico o adivinatorio", asegura Cristina Rihuete, de la Universidad Autónoma de Barcelona, a EFE. La presencia de atropina y escopolamina juntas son sustancias que inducen sedación. Su alta toxicidad hace que la manipulación sea arriesgada. Esto hace pensar que los fines eran alucinógenos y no terapéuticos.
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"La sorpresa es que se pudo demostrar que el consumo se produjo durante al menos un año", destaca Rihuete. No hay indicios de cómo se tomaba. "Es probable -estima- que fueran ciertas personas de la cronología final de la necrópolis que quizás tenían esos atributos de adivinación chamánicos a los que se vincula la ingesta de drogas", agrega.
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