Los 'contratiempos' que han hecho caer en picado a los narcos del cielo

Como todas las grandes noticias, la investigación comenzó en una cafetería. Nos remontamos a junio de 2023, por aquel entonces un hombre colombiano, residente en Madrid, y del que se sospechaba que lideraba una importante organización criminal dedicada a importar grandes cantidades de cocaína, hizo de este bar de la Moraleja su "oficina". Mantuvo allí varias reuniones con otros de los investigados.

Las autoridades consiguieron familiarizarse con cada uno de los investigados y también con el rol que cada uno desempeñaba en la banda, y detectar los proyectos ilícitos que se estaban gestando. Su objetivo era introducir en Europa toneladas de cocaína por vía aérea.

Su mejor tarjeta de presentación era la de ser una importante red de contactos que tenían en diferentes países tanto de Sudamérica como de Europa. A los miembros del entramado les gustaba la buena vida y no se les ha conocido otra actividad laboral que no sea la delictiva, por la que ahora han sido detenidos.

Su plan se diseñó pensando a lo grande: la organización utilizaba aviones privados fletados y su fuente de financiación la fijaron en los llamados 'hawalers' que vienen a ser empresarios de origen chino que tienen una importante capacidad económica y una estructura que operaba a nivel mundial para realizar compensaciones de créditos al margen del sistema financiero legal.

Sin embargo, esta organización no contó con la suerte de su mano y debido a una serie de contratiempos tuvo que buscar fuentes de financiación alternativas. Empezaron entonces a meter en el negocio a establecimientos que operan con criptomonedas para la conversión del dinero efectivo en divisa legal.

¿Cuáles fueron esos contratiempos?

El pasado mes de enero, como fruto de las investigaciones ya en curso, tanto de la Policía Nacional, como de la Policía Judiciaria de Portugal y EUROPOL, identificaron a una serie de empresarios corruptos, en el país vecino, que seguían órdenes de un ciudadano portugués y que operaban en el aeropuerto comercial de Beja.

Coincide en el tiempo con la información que reciben los investigadores de que la banda ha fletado su primer vuelo con origen Barranquilla y destino Beja. Sin embargo, en ese avión no llegó la mercancía, no pudo cargarse y lo único que viajó fueron varios de los miembros de la red y también pilotos que habían sido contratados para ello. Este cambio de planes le costó a la organización unas pérdidas de más de 500.000 euros.

Lejos de desistir en su empeño, los detenidos siguieron con su plan para introducir dos toneladas de cocaína para poder recuperarse económicamente y sufragar la operación, así como para mantener su nivel de vida, cambiaron su 'modus operandi'.

Empezaron entonces a planificar operaciones de menor envergadura y empezaron a enviar maletas con cocaína desde distintos países hasta el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.

Tampoco esto les salió como esperaban y los agentes detectaron cuatro envíos, uno con 16,5 kilos de cocaína, otro con 31 kilos, un tercero con 60 kilos de cocaína y un cuarto de 20 kilos de estupefaciente.

También el pasado mes de mayo intentaron meter un contenedor de aguacates desde Perú en el Puerto de Barcelona, pero tampoco hubo éxito.

Volvieron a intentarlo en junio a través de un avión privado con el respaldo económico de diferentes inversores externos procedentes de México. Este vuelo salió desde Johannesburgo (Sudáfrica) hasta República Dominicana, ahí se cargaría la droga y después se pondría rumbo a Reino Unido, pero igual que ocurrió con el primer vuelo, la logística impidió que se pudiese cargar la mercancía.

Aquí es donde entran en juego tanto los locales de criptomonedas como otros de envío de remesas de dinero.

Tras 15 meses de trabajo de investigación, los agentes desarticularon la red tras 14 registros domiciliarios, 19 detenciones en Madrid, Alicante, Sevilla, Cuenca y Cáceres, la incautación de 460 kilos de cocaína, más de 500.000 euros en efectivo, 18 vehículos y 45 terminales móviles, la mayor parte de ellos encriptados; también se han bloqueado 8 inmuebles valorados en más de 1.650.000 euros y 80 cuentas bancarias con un saldo de 660.000 euros. En Portugal se intervinieron varias armas de fuego, munición, vehículos de alta gama y 15.000 euros en efectivo.

Además, se han emitido 6 órdenes internacionales más de detención.