El “coro de la España Vaciada” cumple su sueño y graba un disco

Consuelo, Lucía y Elena calientan la voz. Son ejercicios que les ayudan a poner a punto las cuerdas vocales porque hoy es un día importante. Junto al resto compañeros del Coro de Fuentearmengil van a grabar un disco. Se han desplazado desde la pequeña localidad soriana donde viven hasta Aranda de Duero. Allí está el estudio de grabación que va a producir su primer disco. Consuelo Encabo tiene 85 años. Nunca se imaginó verse inmersa en una aventura como esta. “Veremos a ver cómo quedamos”, dice sonriendo. En su casa siempre se ha escuchado música, “canciones populares y de misa” y verse ahora como protagonista de un disco le hace muy feliz.

A sus 81 años, Rufino García ya cumplió el sueño de cantar en la misa dominical de la Basílica de San Pedro en Roma con sus compañeros. Ahora, la grabación del disco es “otra experiencia única”. “Lo de Roma fue algo apoteósico. Esto es raro. Lo que espero es que este disco llegue a la mayor gente posible, que les guste y queden satisfechos de nuestro trabajo”, señala. Reconoce que les está costando acostumbrarse a los auriculares, “no oyes a tus compañeros, sólo te escuchas a ti mismo”. Junto a Rufino, está Daniel Sierra, otro de los octogenarios componentes del que han llamado “Coro de la España Vaciada”. Daniel ha sido agricultor toda la vida y dice que ya le ha “cogido el tranquillo”. “Al principio estás un poco atolondrado con tanto casco y tanto cable, pero a mis 80 años verme aquí es una maravilla”, sostiene.

Nervios de principiantes

En el estudio van entrando y saliendo por grupos, por voces. Las mujeres primero, los hombres después. Siguen las instrucciones que les da Héctor Díez Berzosa desde el otro lado de la “pecera”. Es el director, “el maestro”, como lo denominan con cariño. Él siempre lo tuvo en mente. “Yo he vivido esta experiencia de joven con mi grupo, ahora la tenían que vivir ellos”, explica. Estaban nerviosos al principio, asegura. “La novedad de entrar en un estudio de grabación es grande. Tener que oírlo todo por auriculares, con claqueta, con el acompañamiento del órgano… es muy diferente, pero nos hemos lanzado y el resultado va a ser fantástico”, insiste.

Suena el "Aleluya" de William Boyce. Es una de las primeras composiciones que están grabando. Las voces de Rufino, de Consuelo, de Lucía o de Daniel se mezclan y se fusionan. Son las voces de la "España Vaciada" que ya se han escuchado en Roma o en la Catedral de Burgos y, muy pronto, podrán disfrutarse desde cualquier rincón.

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