Un indicador de esta nueva crisis provocada por el coronavirus es la compraventa de viviendas. Se ha desplomado un 17,7% si lo comparamos con los datos del año pasado. Es la mayor caída en una década. Lo sorprendente es lo que hasta hace poco parecía imposible, como por ejemplo vender una casa okupada. Ya no lo es y las inmobiliarias compran, llegan a decir, "con el bicho dentro".
Sólo hay que buscar en internet para encontrarlas: 4 habitaciones en Anedo o un piso en Lleida por 13.000 euros. Lo más caro aquí son 2 habitaciones en Badalona que no llegan a 70.000 euros. Todos son precios atractivos porque se venden con okupa dentro. "Es cierto que hay clientes que están interesados en comprar viviendas okupadas", señala Jaime Espinosa, gerente inmobiliario.
En una inmobiliaria de Elche ya han cerrado algunas ventas de casas okupadas. "Una propiedad que no había manera de encontrarle comprador la adquirió un cliente nuestro que es abogado", dice Espinosa. Pedían 42.000 euros y se vendió por 25.000. Casi a mitad de precio porque había que desokuparla. Tardó apenas tres semanas en tener la vivienda libre de okupantes.
Proliferan las 'agencias de desokupación'
Las agencias de desokupación han proliferado. Ofrecen devolver las llaves al propietario de forma rápida y el precio ronda los 3.000 euros. Pero no todo el mundo se anima a ser propietario de una casa donde no puede entrar: "No la compraría, luego tienes que mover muchos papeleos", nos dicen en la calle.
El fenómeno de la okupación sigue creciendo y sólo hasta junio se denunciaron cerca de 7.500 okupaciones ilegales.