Covid-19
La precariedad laboral y la pandemia de coronavirus han obligado a muchos jóvenes ya independizados a volver a compartir piso o incluso a vivir en casa de sus padres.
La precariedad laboral y la pandemia de coronavirus han obligado a muchos jóvenes, ya independizados, a volver a compartir piso o incluso regresar a la casa familiar. En total, a más de 220.000 jóvenes el año pasado. Jóvenes de entre 16 y 35 años que se habían emancipado pero la pandemia les ha obligado dar un paso atrás y volver con sus padres. El principal problema el empleo: 4 de cada 10 no tiene trabajo. Y entre el resto, muchos tiene sueldos imposibles para vivir fuera de casa y vivir solos.
Son 228.600 jóvenes los que tuvieron que dar marcha atrás a su emancipación, casi un cuarto de millón de jóvenes se han visto obligados a volver a vivir con sus padres ante la crudeza de la crisis económica asociada a la Covid-19. Los datos de la Media de Trimestres de la EPA que elabora el INE (Instituto Nacional de Estadística) vuelven a situar la cifra de jóvenes que viven con sus progenitores por encima de los seis millones de personas una década después.
Niveles de 2010
Ese nivel se superó por última vez en 2010, a comienzos de la anterior crisis económico y en un escenario demográfico muy distinto del que tenemos ahora: los 6,13 millones de jóvenes que entonces vivían con sus padres eran poco más de la mitad (52,2%) del colectivo, que entonces sumaba 11,73; los 6,02 actuales se acercan a las dos terceras partes (63,1%) de los 9,54 que lo forman hoy.
Por franjas de edad, llama la atención la vuelta a casa de casi 20.000 jóvenes de entre 30 y 35 años en el último año y también la de más de 70.000 que tenían entre 25 y 30.