Niñas desaparecidas Tenerife
La Guardia Civil quiere incorporar un sonar y un robot en la búsqueda de las niñas desaparecidas en Tenerife
La Guardia Civil no ha encontrado evidencias tras un nuevo registro en la vivienda de Tomás Gimeno, padre de las niñas desaparecidas en Tenerife.
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La Guardia Civil ha llevado a cabo este lunes un nuevo registro, el cuarto, de la casa de Tomás Gimeno, el padre de las niñas Anna y Olivia, desaparecidas hace 20 días en Tenerife. La novedad del nuevo registro de hoy es que participan perros adiestrados en la detección de restos biológicos.
Según han informado fuentes de la investigación han confirmado, el nuevo rastreo se ha realizado en la vivienda y la finca de Tomás, en Igueste de Candelaria. Una de las hipótesis en las que trabaja la Guardia Civil, y que trata de consolidar con este nuevo registro, es que el padre hiciera acopio de ropa de las niñas y de juguetes antes de desaparecer.
Aun así la búsqueda en el mar de los tres desaparecidos no ha cesado y en los próximos días se podrían sumar un sonar y un robot submarino, según ha avanzado este lunes la directora general de la Guardia Civil, María Gámez.
Los investigadores de la desaparición de las niñas en Tenerife mantienen todas las hipótesis abiertas. El hecho de que Tomás Gimeno hubiera dejado a su perro en casa de los padres, los mensajes hacia ellos y hacia su pareja, indican una despedida. Sin embargo, cada vez cobra más fuerza la idea de que no haya salido del archipiélago canario.
La Guardia Civil quiere incorporar un sonar y un robot en la búsqueda de las niñas desaparecidas en Tenerife
Nuevo vídeo difundido por la madre
Beatriz, madre de Anna y Olivia, desaparecidas junto a su padre, pidió el pasado viernes como regalo de cumpleaños que le ayuden a difundir las fotos y vídeos de sus hijas para que alguien pronto las reconozca. "La incertidumbre de no saber cómo están, la incertidumbre de saber si están bien, la rabia de que ellas tengan que sufrir esta locura cuando son dos angelitos, como todos los niños del mundo", escribe la madre en un carta.
En la misiva, Beatriz reconoce que tiene miedo por si lo que pueda escribir o decir puede tener repercusiones sobre los actos del padre, sobre el que se ha dictado una orden internacional de búsqueda por un presunto delito de secuestro parental, dictado por el Juzgado de Instrucción nº 3 de Güímar, que mantiene el caso bajo secreto de sumario.
"Todas esas incertidumbres son muy duras", señala la madre de Anna y Olivia, que por eso pide "de corazón" que le ayuden a encontrarlas. "Yo nunca voy a parar porque mi vida no tendría sentido. Esto no es algo que se pueda superar precisamente por la incertidumbre. Una enfermedad terminal, un accidente, tienen que ser terribles, insuperables en muchos casos, pero una desaparición con la incertidumbre de saber cómo están, de saber qué piensan, de saber que están queriendo llamarme, de robar ese derecho de protección de una madre, sí puede estar en nuestras manos que tenga un final feliz", señala.
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