Este martes 12 de febrero se cumplen 14 años del incendio que arrasó el edificio Windsor de Madrid. El incendio de este edificio de 30 plantas situado en la zona de Azca, se ha convertido en el incendio más importante que recuerda la capital en lo que llevamos de siglo.
Eran las 23.08 horas del sábado 12 de febrero de 2005 cuando el sistema de detección de fuego de la Torre Windsor se activó en la planta 21 del edificio. A las 23.30 horas las llamas envolvían la parte superior del emblemático rascacielos del corazón financiero de la capital.
El edificio tuvo que ser demolido
Cuando llegaron los bomberos poco tiempo después las llamas eran imparables. Las mangueras ni con gigantescas grúas podían llegar a las plantas altas del edificio, que eran las que estaban ardiendo, por lo que los bomberos optaron por enfrían durante horas las partes más bajas para impedir que sucumbieran también a las llamas. Tras muchas horas de trabajo los bomberos consiguieron su objetivo, y evitaron la imagen de un derrumbe similar a las Torres Gemelas neoyorkinas que hacía pocos años había impactado al mundo.
El 2 de marzo de ese año, cuatro supergrúas y pequeños robots colgados de ellas comenzaron a demoler de forma controlada los restos calcinados del Windsor. Durante todos esos días el edificio se convirtió en una auténtica atracción turística.
Fueron seis meses de trabajos que costaron 17 millones de euros, asumidos íntegramente por el Ayuntamiento a la espera de determinar la responsabilidad. Los vecinos, comerciantes y empresarios del entorno de Azca también cuantificaron sus pérdidas, que ascendían en los primeros dos meses en un millón de euros.
Tras el siniestro, las primeras hipótesis de novela negra sobre el origen del fuego comenzaron a pasar de boca en boca, así como la posible negligencia tanto de los vigilantes de seguridad del Windsor como de la intervención por parte de los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid.
A ello hay que sumar el elevado precio del seguro del edificio y los documentos almacenados en el mismo. Todo podía jugar un papel decisivo en intentar resolver el enigma.
Había documentos muy importantes en cajas fuertes
Pero los acontecimientos dieron un vuelta de tuerca más cuando días después apareció una grabación en la que se veían varias figuras en diferentes plantas del rascacielos y la declaración de Eva, una abogada que aseguró haber estado trabajando en el despacho 2.109 de la planta 21 la tarde del sábado, hasta minutos antes de declararse el incendio, y que fumaba pero que creyó haber apagado todos los cigarrillos.
A mediados de marzo la incredulidad saltó a los ciudadanos cuando el informe elaborado por los bomberos sobre el vídeo fantasmagórico grabado por un aficionado aseguraba que las siluetas que se vislumbran son un reflejo óptico de un edificio cercano, lo que contradecía al estudio realizado por la Policía científica, que indicaba que podía trataba de personas. Nueva incertidumbre creada.
Apareció un vídeo donde se veían personas dentro del edificio mientras ardía
Además la Policía halló un butrón en la zona de en una zona de garajes del subterráneo de Azca, que pudo ser realizado por alguna persona para salir del Windsor, al que supuestamente accedió por otro lugar. Nunca se ha sabido quién realizó el agujero y por qué. Además, los bomberos que actuaron en el siniestro se encontraron con que las mangueras contraincendios del edificio carecían de suficiente presión y que tuberías por las que es posible introducir agua o espuma estaban inservibles. Por ello, tuvieron que usar otra zona de abastecimiento cercana.
A pesar de estos interrogantes, casi un año después del incendio, el titular del Juzgado de Instrucción número 28 de Madrid, Mariano Ascandoni, acordó el sobreseimiento y archivo provisional del caso al considerar que a lo largo de las actuaciones no quedó "debidamente justificada" la perpetración de infracción penal. La hipótesis principal de la causa del incendio fue un posible cortocircuito aunque durante los primeros momentos se pensó en un atentado terrorista. Finalmente la investigación y la sentencia judicial afirman que el foco del incendio se encontró en el despacho de una empleada. Los peritos determinaron que el incendio no fue intencionado.
Actualmente se ha levantado un nuevo edificio en donde se encontraba el anterior. Se trata de una torre transparente de metal y vidrio en tonos verdosos, rematada con un cilindro retroiluminado. El actual propietario del terreno, El Corte Inglés, abrió en el nuevo rascacielos la ampliación de su centro comercial contiguo al edificio. El nuevo Windsor es ligeramente más bajo que el anterior.