Más de 1200 adolescentes fueron desalojados en la noche de halloween de una discoteca de Aruca, en Las Palmas, porque se vendía alcohol a menores de edad.
El dueño del local niega las acusaciones de los vecinos y de la Policía. Argumenta que el alcohol se consumía fuera y que, como mucho, se les pudo pasar alguna botella pequeña que metieran los mismos jóvenes.
Más de 1200 adolescentes de varios institutos de la isla de Gran Canaria acabaron desalojados por la policía de madrugada. Los agentes acudieron alertados por los vecinos al ver a jóvenes muy afectados por el alcohol fuera del local.
La policía comprobó la presencia de bebidas alcoholicas en el interior de la fiesta adolescente y mandó desalojar. Al salir los chicos, vaciando de paso un extintor en una de las salidas de emergencia, ya no estaban las guaguas que les habían llevado hasta allí, así que los jóvenes se amontonaron en las calles y la carretera cercanas.
El dueño del local se defiende. Dice que no había niños menores de 16 años en la fiesta y que el alcohol lo trajeron de fuera. Los incidentes continuaron en las cercanías con varias guaguas apedreadas.
