Desarticulan una red de narcotraficantes relacionados con un secuestro y un asesinato en Cádiz

La Guardia Civil de Cádiz ha desarticulado una organización criminal de narcotraficantes a los que se les atribuye el secuestro y asesinato de un vecino de la pedanía de Cuartillos, cuyo cadáver apareció maniatado y tirado en la cuneta de la carretera A-381, en el término municipal de Medina Sidonia.

Los agentes, en el marco de la denominada operación Tobera, han detenido a siete personas e imputado a tres más acusados de los delitos de asesinato, detención ilegal, tráfico de drogas, extorsión, amenazas, robo con violencia e intimidación, falsedad de placas de matrícula y pertenencia a organización criminal, según explica la Guardia Civil en un comunicado.

Las pesquisas se iniciaron con el hallazgo del cadáver en Medina, tras lo cual se realizó una minuciosa inspección ocular en la zona donde había aparecido el cuerpo y que, a la postre, fue determinante para esclarecer la autoría de los hechos.

La autopsia practicada al cuerpo determinó que la víctima falleció a causa de asfixia y estrangulación lo que, dada la corpulencia del fallecido, requirió el empeño de una gran violencia por parte de sus secuestradores.

Las investigaciones desvelaron que la víctima contaba con antecedentes por tráfico de drogas, lo que llevó a los agentes a relacionar su muerte con un posible ajuste de cuentas por narcotráfico.

Las declaraciones al entorno de la víctima pusieron de manifiesto que el asesinato tendría su origen en el robo de 120 kilogramos de hachís de los que un amigo de la víctima tenía encargada su custodia en una vivienda comunicada con la suya.

Según las investigaciones, los propietarios de la mercancía habrían secuestrado y asesinado a la víctima para obtener información sobre el paradero de la droga o vengarse por su pérdida.

Tras el registro en dos domicilios, los cuales se llevaron a cabo de manera simultánea y coordinada, se realizaron las primeras cuatro detenciones en Jerez y Medina Sidonia.

Estas personas detenidas constituían el grupo que se encargó directamente de secuestrar y asesinar a la víctima. En una segunda fase, los guardias civiles identificaron a los propietarios de la droga, que constituían un grupo de históricos del narcotráfico del Bajo Guadalquivir.

De hecho, el propietario de la droga se encuentra actualmente en prisión como presunto responsable de la introducción de un alijo de hachís mediante el empleo de aeronaves.

La Guardia Civil ha resaltado la labor de los investigadores, que han esclarecido unos hechos de "tanta gravedad" en dos semanas mediante el uso de "modernas técnicas científicas de investigación" llevadas a cabo con la máxima celeridad por parte de los guardias civiles del Equipo Central de Inspecciones Oculares de Madrid.