Sin descanso en la lucha contra los incendios forestales: "Se están convirtiendo en una 'multiemergencia'"

Los incendios siguen arrasando España. Cataluña, Aragón, Castilla y León, Galicia o Extremadura son algunas de las comunidades más afectadas. En total, se calcula que se han quemado cerca de 60.000 hectáreas. Mientras, los efectivos de los siguen tratando de extinguirlos o, al menos, controlarlos lo antes posible. Sin embargo, hay incendios que están en lo que se conoce como "fuera de capacidad de extinción".

A pesar de todo, llegan algunas buenas noticias desde Extremadura: los incendios de Las Hurdes y Monfragüe ya están controlados tras calcinar más de 6.000 hectáreas. El del Valle del Jerte está estabilizado. Los 4 incendios de La Rioja están controlados. Igual que el de Mijas, en Málaga, y el de Chiloeches, en Guadalajara.

Incendios extremos

Los brigadistas trabajan sin descanso contra una masa de llamas, a veces, incontrolable. Están agotados, hacen turnos de casi 20 horas. Es un esfuerzo y una situación que pocos recuerdan.

Los equipos de emergencias hablan de daños materiales pero también psicológicos. "Se están cargando la salud mental de los paisanos de la zona", explican. Los fuegos tienen dos factores a su favor, explican desde Protección Civil: la ola de calor y la masa forestal que actúa como combustible.

Los fuegos no son como en el pasado porque "se está convirtiendo en una multiemergencia con casas que arden y cortes de carreteras", según asegura Raúl Quílez investigador de incendios forestales. Los expertos insisten: el problema es permanente y necesita prevención y preextinción: "Esto es como el Ejército, solo para la guerra estaríamos vendidos". Una guerra contra el fuego aún muy abierta.

Incendios fuera de capacidad de extinción

Pese al trabajo, los equipos siguen trabajando a destajo: "El 100% del sistema nacional de protección civil está implicado". Esta es una lucha incluso contra incendios a veces imposibles de apagar para los que se utiliza el término "incendio fuera de capacidad de extinción".

Esta situación implica que las condiciones del fuego hacen que sea imposible frenar su avance, incluso con un gran operativo. Implica también que es demasiado peligroso para los efectivos luchar desde primera línea y no pueden arriesgar sus vidas hasta ese límite.