La Guardia Civil ha detenido a dos personas e investigado a otras ocho por la venta de más de 260.000 mascarillas contra el coronavirus. Con esta cantidad de mascarillas vendidas, habrían obtenido más de 300.000 euros de ganancia.
A pesar de dicha cantidad, la Guardia Civil no descarta que sea una cantidad más superior. Durante el mes de abril tuvieron un aviso sobre una persona que se dedicaba a la venta de mascarillas sin homologar.
Los compradores eran los ayuntamientos de Candaleda, Poyales del Hoyo y Arenas de San Pedro. Estos ayuntamientos habían comprado más de 4.000 mascarillas, que entregaron a la Guardia Civil junto con las facturas correspondientes.
En la operación, llamada Corofarma, se inspeccionó los centros médicos citados donde se incautó material informático y documentación relacionada con este tipo de venta.
También encontraron una oficina que el detenido había alquilado para tramitar los pedidos de venta telefónica y para la recepción de la mercancía. En ella se encontraron 7.000 mascarillas sin homologar, 50 monos de protección sin homologar y más documentación.
Las facturas recibidas por los ayuntamientos fueron expedidas por dos centros médicos privados. De manera que la Guardia Civil las investigó para saber qué tipo de participación tenían en estos actos delictivos.
Gracias a la documentación, se pudo determinar que había otras seis personas más implicadas. Estas personas eran encargadas de facturar, comprar, almacenar, distribuir y entregar la mercancía. Eran personas de confianza e incluso familiares.
Se detectaron este tipo de ventas también en Ávila, Salamanca, Guadalajara, Girona, Santander, Tenerife, Talavera de la Reina, Córdoba, Madrid, Barcelona, Sevilla, Cáceres o Toledo.
Los proveedores de estas mascarillas eran de origen asiático. Además, se detuvo al socio del detenido, quien era encargado de organizar toda la trama. El primer detenido que el autor principal del negocio.