"¿Dónde estaban las salidas de emergencia de las discotecas de Murcia?", una de las preguntas clave a los testigos del incendio

Todavía quedan muchas preguntas sin respuesta sobre el trágico incendio que se originó en la madrugada del pasado domingo en la zona de ocio nocturno de Atalayas, en Murcia. La investigación avanza y ahora se está tomando declaración a los testigos para aclarar dónde se originó y la existencia de algún responsable. Vicente Ibáñez, redactor del Área de Sociedad de Antena 3 Noticias, se ha desplazado hasta la zona afectada para contar en exclusiva la última hora del suceso.

"¿Qué distribución tenía el interior de las salas? ¿Qué decoración tenían? ¿Dónde estaban las salidas de emergencia?", son algunas de las preguntas clave que la policía está haciendo a los testigos del incendio para esclarecer lo sucedido.

¿Cómo se está haciendo la investigación?

"La investigación ya está en marcha. La Policía Científica trabaja en el interior de esa nave, rastreando palmo a palmo, cuadrícula a cuadrícula, en busca de pistas", explica. La Policía ha dado ya por finalizada la identificación de las 13 víctimas. Seis de ellas han sido detectadas a través de huellas dactilares y el resto con muestras de ADN de los familiares. El proceso de entrega de los cuerpos prevé comenzar dentro de poco, pues los cadáveres continúan en el Instituto de Medicina Legal. ¿Cómo trabajan los agentes?

Los equipos de investigación han desplegado un amplio dispositivo en las áreas afectadas. Allí "la policía científica trabaja rastreando palmo a palmo, cuadrícula a cuadrícula, en busca de pistas". A través de drones y de cámaras de foto y vídeo están intentando recabar datos para analizarlos posteriormente.

Junto a esto, los testimonios de varios individuos están siendo "otro punto clave", dice Vicente Ibáñez. El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional es el encargado de prestar declaración a algunas personas que se encontraban en el momento del incendio. Ya son 19 los testigos recabados. "Los agentes quieren escuchar de primera mano qué es lo que vieron los que estaban allí esa noche, dónde estaban, dónde empezó el fuego y cualquier cosa que les sirva de pista", señala el periodista.

De cualquier forma, la investigación continúa bajo secreto de sumario. Intentan conseguir datos para saber por qué zonas comenzaron las llamas, qué veían y por dónde se fue propagando el fuego. Algunos testigos han asegurado que el origen podría estar en los tubos del aire acondicionado, según informaciones citadas por EFE.

Vicente Ibáñez explica que varias personas que han tomado declaración contaban a Antena 3 Noticias que el objetivo de los efectivos es intentar reconstruir todo lo ocurrido para poder llegar hasta el final.

Algunas de las preguntas que los agentes están haciendo a los testigos son: "¿Qué distribución tenía el interior de las salas? ¿Qué decoración tenían? ¿Dónde estaban las salidas de emergencia?". La policía intenta reconstruir todo lo que ocurrió esa madrugada.

El alcalde de Murcia aparta a los funcionarios que intervinieron en las discotecas

El Ayuntamiento de Murcia también colabora en el largo y complejo proceso de investigación. Este miércoles José Ballesta, el alcalde de la ciudad, ha ordenado apartar los funcionarios que realizaron algún trámite administrativo en la sociedad Teatre Murcia S.L., empresa propietaria de las dos discotecas incendiadas.

La corporación municipal ha solicitado al mismo tiempo revisar en qué estado administrativo se encuentran todos los locales de ocio del municipio. Quieren comprobar el cumplimiento de las órdenes de cese de actividad, pues este lunes se conoció que Teatre y Fonda Milagros funcionaban sin licencia desde enero de 2022.

La investigación se centra en conseguir datos vinculados a la distribución de las salas de fiesta. "Quieren saber dónde estaban las salidas de emergencia o qué decoración tenían dentro", explica Ibáñez.

El Juzgado de Instrucción número 3 de Murcia ha abierto diligencias por 13 presuntos delitos de homicidio imprudente. ¿En qué se basan estas acusaciones?

Son aquellos castigos en los que el responsable no tiene como objetivo acabar con la vida de alguna persona. Las penas por este tipo de delitos pueden ir desde los 6 a los 9 años en caso de producirse un elevado número de víctimas.

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