Si ya es difícil mantener el equilibrio de pie, aún es más complicado no caerse de una bici bajo los efectos del alcohol. Algunos ejemplos se pueden ver en videos colgados en Internet por sus protagonistas. Y sin embargo hay quien ni siquiera se lo plantea.
En los últimos dos días, agentes de la policía de Santander han interceptado y detenido a dos jóvenes, uno de ellos extranjero, que a pesar de triplicar el límite de ingesta permitido, se subieron a sus bicis de madrugada. Uno de ellos intentó atravesar incluso una autovía.
"Si se ha ingerido alcohol no se debe conducir, porque es un peligro primero para los propios ciclistas como para el resto de personas", afirma Pedro Nalda, concejal de seguridad de Santander.
En España está prohibido expresamente beber o consumir drogas y conducir una bicicleta. El límite es el mismo que para manejar un coche, 0,25 miligramos de alcohol en aire expirado.
"Si la gente no lo sabe, debería saberlo, porque un ciclista es un conductor como otros, en este caso a mandos de una bicicleta, pero afectado por el mismo código de circulación", señala Ángel Buenache, responsable de una escuela de ciclismo de San Sebastian.
Lo que no tiene es retirada de puntos del carnet de conducir. Los agentes de Santander requisaron las bicis e impusieron a los ciclistas multas de 500 euros. A la vista de hechos como éstos, conviene insistir en el viejo eslogan de “Si bebes, no conduzcas”... ni siquiera bicicletas.
