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LA FAMILIA SOSPECHA DEL MARIDO

Dos detenidos por su presunta relación con el crimen de Irene Cortés

Los familiares de Irene Cortés Lucas, la turista malagueña de 30 años que falleció en Barranquilla tras recibir un disparo de un atracador esperan que el cadáver de la joven sea repatriado y llegue a Vélez-Málaga, su localidad natal, en ocho o diez días.

Una malagueña de 30 años ha sido asesinada por dos supuestos atracadores en un restaurante en Colombia. Los hombres han sido detenidos, pero la familia de la mujer sospecha que el móvil no fue un robo.

Los arrestados serían dos sicarios contratados por su marido, un colombiano que, en ese momento, estaba sentado a la mesa.

Irene Cortés viajó hasta Barranquilla, en Colombia, para disfrutar de los carnavales, y allí asesinada.

Esta malagueña de 30 años, acompañada de su marido, aterrizó en suelo colombiano el pasado domingo, y fue en la noche del martes cuando acabaron con su vida. Unos atracadores entraron en el restaurante donde estaba cenando la pareja junto a otros amigos. Allí mismo y después de que ella les entragara su bolso, Irene recibió un tiro a quemarropa.

La Policía colombiana ya ha detenido al autor del disparo y a otro de sus compinches. El supuesto asesino asegura que el arma se disparó involuntariamente.

La familia de Irene Cortés, cree que su marido, Alberto Llinás, llevó a la mujer a Colombia engañada y que allí él contrató a los sicarios para que asesinaran a su esposa.

Desde el entorno de la víctima aseguran que no se llevaban bien, "desde que ella  mantuvo una relación con otro hombre mientras, Llinás cumplía condena en la cárcel". Según el tío de Irene, "él prometió vengarse".

Por el momento, el marido ha confesado que utilizó un pasaporte falso para viajar, puesto que está en libertad condicional. La Policía continúa investigando, mientras la familia de Irene espera que su cuerpo sea repatriado cuanto antes.

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