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EN PAMPLONA
El dueño de una perra que murió tras ingerir raticida pide que se instale videovigilancia en parques caninos
Maya, de cuatro años, falleció tras ingerir raticida en un área de esparcimiento canino. Ahora su dueño trata de hacer justicia para que la muerte de su perra no quede impune y sirva para evitar el sufrimiento de otras familias.
Maya era una perrita de cuatro años que vivía en Pamplona con sus dueños hasta que, a causa de la presencia de raticida en un área de esparcimiento canino de la ciudad, murió.
Alberto Riol, el dueño de Maya, no quiere que la muerte de su perra sea un número más, pues pese a que interpuso una denuncia ante la Policía Nacional, es consciente de que "si el caso no se mueve por vías ciudadanas, su fallecimiento no sólo quedará impune, sino que no servirá para nada".
Por ello, Riol ha iniciado una petición en la web change.org para evitar que otra familia sufra lo mismo que ellos están sufriendo "por la acción de desalmados que atentan contra la salud pública" y por la "inacción y descuido de ayuntamientos".
En su petición, el dueño de Maya reivindica la existencia de grandes áreas en su ciudad destinadas a que los perros disfruten libremente sin molestar a otra gente, pero considera que si el Ayuntamiento de Pamplona pone unas normas y obliga a que los dueños de los perros sólo puedan soltar a los animales en estas áreas, "es también su obligación garantizar que sean espacios libres de peligros".
Denuncia que los parques públicos son utilizados también por niños y que los raticidas, aunque tienen formas diversas, suelen tener colores llamativos, por lo que cualquier niño "podría ingerirlos".
Por ello, Riol pide que los espacios caninos cuenten con una videovigilancia efectiva, de manera que "ante un atentado contra la salud de animales o personas pueda identificarse al agresor".
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